Sonrisa.

623 41 24
                                    

>Hinata × Kageyama

Tu sonrisa. Eso... Me gusta
de ti.

[...]

La sonrisa es un gesto de alegría, felicidad o placer que se hace curvando la boca hacia arriba como si se fuese a reír, pero levemente y sin emitir ningún sonido.

¿Era posible odiar algo como eso?

Si lo era o no, Kageyama lo hacía. Odiaba profundamente la sonrisa de ese idiota de pelo naranja que impregnaba el ambiente de felicidad.

Y la odiaba por todo lo que le hacía sentir.

Desde el primer momento en que lo vió, supo que no era un chico que se rendía fácilmente. Y eso, hizo que llamara su atención. Aunque su equipo perdiera, el pelinaranja seguía sin cambiar de posición. Seguía insistiendo en que lo vencería.

Y, llegó a la misma preparatoria que él: el Karasuno. Jamás pensó que lo volvería a ver, y deseaba no hacerlo. Odiaba sentirse de esa manera cada vez que lo veía.

Y, fue entonces, cuando vió por primera vez su sonrisa al rematar. Su alegre y hermosa sonrisa que esbozaba al rematar una colocación suya.

Una sonrisa que hacía que su corazón se acelerase con frecuencia y que hacía que su rostro ardiera.

Y la alegría que esta mostraba era tan contagiosa que él acababa sintiendo esa misma alegría en su interior.

Hinata Shōyō era el portador de esa sonrisa.

[...]

El azabache caminaba extrañamente normal, pues siempre acababa corriendo con tal de no perder contra Hinata. Pero el pequeño sol del Karasuno no estaba por ningún lado, por lo que decidió ir él sólo al gimnasio esta vez. Aprovechó esta oportunidad para estar él en soledad con sus pensamientos como una compañía.

Pensamientos todos ocupados por el pequeño bloqueador.

No le molestaba en absoluto que toda su mente fuese ocupada por él, pero si odiaba sentirse indefenso frente al pelinaranja cada vez que le dedicaba una simple mirada. Incluso cuando discutían conseguía que su corazón se inundase de una cálida sensación que no sabía explicar con palabras.

Y sin quererlo ni darse cuenta, esa expresión que tanto asustaba a la gente apareció en su rostro.

–Vaya, vaya. Mira quien tenemos aquí. Pero si es el rey, haciendo honor a su apodo. –dijo, y supo en seguida por esas palabras y ese tono burlón y de superioridad de quien se trataban. Miró al chico con desprecio como de costumbre.

–Tsukki, no seas tan malo. –habló el pecoso que siempre estaba con él, antes de que Kageyama se lanzase sobre el rubio para pegarle un puñetazo en su cara de arrogante. Y menos mal que intervino. Tsukishima rodó los ojos pero no se quejó, obedeciendo al chico. Era sí desde que habían empezado a salir. –¿Cómo es que no estás con Hinata?

–Pensaba que estaría con vosotros. –respondió, encogiéndose de hombros.

–Bueno, pues como es evidente, no lo está. –habló de nuevo el rubio. –Debe estar en el gimnasio.

–Quizás ha ido con Yachi-san. –dijo el pecoso, y los dos chicos asintieron en forma de que quizás tenía razón. El rubio miró al azabache y pudo notar como los celos le subían por la espalda, cosa que le resultó muy divertida y decidió guardárselo para otro momento.

–Vamos, Yamaguchi. Antes de su explote de ira. –se mofó el rubio, y el otro no entendió muy bien a que se refería con aquello pero siguió a su pareja que caminaba hacia el gimnasio. Kageyama no tardó demasiado en dirigirse en la misma dirección, con cara de pocos amigos.

One-shoots. | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora