¿Karma?

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*Erick*

¿Por que sigo esperando algo de su parte? Todo lo que hace es verme la cara de idiota.

Jamas he creído en el destino, tampoco en la religión y mucho menos en el karma aunque ahora eso me rebotaba en la cabeza, se supone que el karma es la reacción de algún mal acto que tuviste en el pasado, me pregunto ¿Joel será mi karma? ¿Que pude haber hecho que fuera tan malo como para que el se cobrara de esta manera? Puede ser que todo esto se haya originado en Cuba, recuerdo que cuando tenia seis o siete años fui a la tienda que estaba a un lado de mi casa, mi madre me mando a comprar jamón y aunque su costumbre era darme algunos pesos extra esta vez no lo hizo, cuando llegue a la tienda, don Tomas quien atendía se distrajo por un momento entonces cometí el delito, tome el chicle y salí huyendo. A los pocos segundos de entrar a casa se escucho un ligero golpeteo en la puerta, al abrir me encontré con don Tomas, creí que iba por mi para llevarme a la cárcel pero en realidad solo había ido a entregarme el jamón que había olvidado en el mostrador, me sonrió y se fue, jamas le pague el chicle.

Después de todo quizá el Karma existe, aunque dudo que merezca algo tan ruin por el minúsculo delito que cometí.

Al llegar a casa me prepare para lo peor, había tardado varias horas y estaba un poco obscuro, no llame a mi madre y probablemente este seria mi último momento con vida. Abrí y solo espere a escuchar los gritos de mi mamá, pero no ocurrió, ella estaba en la sala con mis hermanos mirando el televisor.

-¿Como te fue, hijo?

-Daysi, ¿Daysi Arista, eres tu?

Me miro confundida por un momento y soltó una pequeña risa extrañada.

-¿Que te pasa?

-Me estaba preparando para los gritos pero en vez de eso tengo una pregunta cordial, acaso ¿es una trampa? -señale a mis hermanos quienes me miraban asombrados- ellos son tus cómplices ¿no es así?

-¿Te metiste algo, Erick?

¿Como contestarle con la verdad? No puedo decirle que si hubo algo dentro de mi y que incluso me hizo elevar a las nubes, que me alucinó y me hizo ver un futuro de pura felicidad. Mierda Erick se refiere a drogas, DROGAS, deja de pensar en perversiones, comencé a reír con aquellos pensamientos y dirigí mi atención nuevamente a ella.

-Solo bromeo, lamento la demora.

-Esta bien, me quede tranquila con tu mensaje.

Que rayos, ¿cual mensaje? di un discreto tanteo por mis bolsillos encontrándolos vacíos, claro esta, olvide mi teléfono en su casa.

-Si mi mensaje, me da gusto que te quedarás tranquila.

-Si, fue gracias a tu amigo.

-¿A mi amigo?

-Si, Joel.

-¿Joel?

-Bueno fue el quien te trajo ¿no?

-Claro, supongo que también te lo dije en el mensaje.

-Así es, aunque hay algo que me extraña bastante.

-¿Que?

-Este chico Joel, ¿en serio lo quieres tanto?

-Mami, ¿me prestas tu teléfono un momento?

Estiro su mano con el móvil y me lo soltó, allí había dos mensajes de mi número.

+Mamá, tengo que repasar algunos apuntes de química sobre el choque de electrones, me fascina el tema y me extenderé en la información así que es probable que llegue tarde, te amo.

+Ya voy a casa, hay un chico muy dulce y amable, Joel, se ofreció a llevarme, es mas que mi mejor amigo y lo quiero mucho, deberías de conocerlo, en un rato te veo.

-Me voy a dormir -le devolví el teléfono y subí de prisa- adiós.

Pinche Joel.

La última noche. //JOERICK//TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora