La última noche. //JOERICK//Terminada

No me dejes...

Van unos quince minutos que nos montamos en el auto, ninguno dice nada y la incomodidad aumenta aceleradamente, me he percatado de que salimos de la ciudad y tengo tanta curiosidad por saber a donde vamos.

-Joel...

-¿Que?

-¿Sigues enojado?

-No estoy enojado.

-Eres muy malo mintiendo.

-Bueno eso no me importa, ¿puedes mantenerte callado en lo que llegamos?

-¿Tan molesto es escucharme?

-Erick, por favor.

-Bien, no quiero escucharte tampoco.

Tome mis audífonos en el bolso frontal de mi mochila y me los coloque, mire de reojo como Joel tambaleaba de un lado a otro su cabeza y me miraba con el ceño fruncido, la música empezó a sonar y la vista fuera logro distraerme por completo, así me quede dormido.

Me sentí asechado por una mirada invasora, gire mi cabeza un poco y note a Joel con sus ojos fijos en mi, cuando quise hablar el se adelanto.

-Esto fue un error.

-¿De que hablas?

-No podemos estar juntos, no te quiero Erick ¿lo entiendes?

-¿Por que me lo pediste entonces?

-Por estúpido, ahora baja de mi auto y marchate.

-Estamos en medio de la nada, no me puedes dejar aquí.

-Si puedo, vete.

-Joel, ¿Por que?

Mis sentimientos hablaron y mis lágrimas se hicieron presentes, ¿por que me hace esto? en verdad creí que lo que me había dicho en el colegio era verdad, pero erre.

Veo que en definitiva no me quiere ni un poco, ¿que tanto me tiene que odiar para traerme hasta aquí y perderme? ¿que le hice?

-Deja de llorar, solo bajate y desaparece.

-Eres un idiota Joel, ¿escuchaste? UN IDIOTA.

Baje dando un portazo que seguro sonó hasta China, camine casi deshecho pues me acababan de romper, las palabras que el dijo me dolieron tanto que siento un enorme y profundo hueco en mi ser.

Como si la vida me odiara sentí como la lluvia se prolongaba demasiado intensa sobre mi, ya a unos metros lo escuche gritar mi nombre pero no, no voy a darle el gusto de que me vea sufrir, solo caminaré hasta encontrar alguna buena persona que decida llevarme.

-Erick, Erick....

Este imbécil no se calla, pero así se quede afónico no me hará voltear, tengo bastante orgullo.

-Erick...

Abrí mis ojos como plato y me moví un poco, mis mejillas estaban mojadas y mi cuerpo temblando, aun sentía el vacío dentro de mi por lo que lo había escuchado decir.

Al entrar en la realidad mire a Joel viéndome con extrema preocupación, este me tomaba del brazo casi inquieto, aun seguíamos en el auto frente a un lindo lugar de comida.

-¿Estas bien?

-Joel, estamos juntos ¿verdad?

-Precioso, claro que estamos juntos, dime ¿que paso? ¿que soñaste? Me asustaste, no sabía que hacer, te moví muchas veces y no despertabas.

-Terminabas conmigo y me decías cosas que aun siento dentro de mi.

-No digas eso, yo te quiero a mi lado.

Me abrazo tan protector, su cercanía me hacía sentir el mundo en calma. Se alejo un poco y limpió mis lágrimas dejando un casto beso en mis labios.

-¿A donde estamos?

-Quise traerte a un lugar muy especial para mi, quiero que sea aquí donde celebremos que estamos juntos, ¿te parece bien?

-Muy bien, gracias Joel. Quiero pedirte una disculpa por hacerte enojar, no fue mi intención.

-No pasa nada precioso, deja de pensar en eso ¿vamos?

-Vamos.