No Era Lo Que Esperaba (TERMINADA)

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     Barnes se había quedado en la Torre en contra de su voluntad. El tiempo desde entonces había sido tedioso y lleno de tensión. El único momento que se estaba tranquilo era en las sesiones con su psicóloga, que no le estaban sirviendo de nada, pero al menos así estaba lejos de Steph y Tony que discutían a cada oportunidad que tuvieran.

     No recordaba muchas cosas, pero la rubia definitivamente tenía que ver en algo con él. La recordaba más pequeña y menuda, pero sin duda se trataban de los mismos ojos azules que estaban constantemente en su memoria destrozada.

     Verla discutir con Stark le traía muchos recuerdos, un montón de imágenes inconexas. Una pequeña Stephanie hecha un ovillo en algún salón luego de que unas niñas le molestaran y deshicieran sus trencitas rubias. Él frente a una pequeña de llorosos ojos azules que hacía lo posible por no derramar lágrimas por haberse caído de una bicicleta. Y Bucky podía pasar horas enumerando esos destellos de memoria que giraban en torno al Capitán

     Después de una semana en la torre, Bucky seguía, sin embargo, demasiado lejos de poder sostener algún recuerdo de manera permanente y para nada permitía que alguien se le acercara demasiado.

     —Va de nuevo. Tu nombre es James Buchanan Barnes, naciste en el año 1917, eres de Brooklyn, Sargento de la 107 y actualmente es el año 2012.

     El soldado respiró profundamente. La psicóloga le hacia repetir siempre esas palabras, como si el conocimiento de su procedencia fuera la solución a los males que le robaban el sueño. Estaba fastidiado, y por eso, repetía tales palabras como un mantra en voz baja, mirando fijamente un punto lejano y en blanco donde su cerebro no tuviera que pensar.

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     En la segunda semana, fue capaz de hablar un poco de sus memorias. Claro que no fue nada concreto, sólo soltó frases de algunas cosas que lograba ver entre fragmentos durante sus sueños y... Nada. Eso era todo. 

     Stephanie incansablemente intentaba hablar con él, pero él no lo permitía. Aunque le era un tanto agradable escucharla hablar a través de la puerta de la habitación a la que fue confinado. La rubia le hablaba de cosas que había visto en este tiempo y lo asombrada que se encontraba por tantos avances en la medicina. Le contaba de como iba su día y lo irritante que era lidiar con Stark para que éste fuera al trabajo. Pero Bucky seguía sin querer verle o interactuar con ella.

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     Tony había llamado a Stephanie a su taller. La rubia no había estado muy segura de ir, pues desde que Bucky estaba en la Torre el humor del genio estaba de lo peor y siempre terminaban gritándose.

     Apretó sus labios en una fina línea antes de tocar, como tantas veces antes, el vidrio que formaba toda una pared para llamar la atención de Stark.

     El millonario le miró por un segundo y luego hizo una seña con su mano, haciendo que la puerta de cristal se deslizara y le dejara entrar.

     Los pasos de las botas militares de Steph resonaron en el amplio lugar. Sus ojos estaban fijos en los marrones del otro, escudriñando cualquier señal de alguna hostilidad de parte de él.

     —Señor Stark.

     Tony permaneció en silencio durante unos incómodos minutos.

     —JARVIS.

     Stephanie dio un respingo al ver como todo cambiaba a su alrededor bruscamente en medio de un destello de luz azul. A la vista quedó un enorme salón vacío de paredes blancas.

     —¿Qué... Qué fue eso?—Musitó Rogers entrecerrando sus ojos en dirección a Tony.

     —Es un simulador. —Respondió seriamente el castaño, quitando el medio anillo que se sujetaba a su cabeza.—Con esto, se puede penetrar en la mente, y todo lo que hay en ella se puede reproducir por medio de este simulador que probablemente ayude a superar algún trauma.