Capítulo 2 - parte 1.

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(P.O.V) Erin Hashton

¿Alguna vez has sentido que tu mundo se derrumba?

Esta es la segunda vez que mi mundo se hace pedazos. La primera fue aquel día que perdí a mi mejor amigo, me dejé llevar por el momento y cometí la más grande estupidez de mi vida. Él me olvidó, fue en un parpadeo, primero estamos hablando y luego él me besó. Desde ese día no volvió a mirarme ni como su amiga, esa fue la peor parte, verlo continuar su vida como si yo no existiera.

Al día siguiente de aquel beso, comenzó a actuar como imbécil. Llevaba chicas a su casa y había ocasiones en las que ni se molestaba en cerrar las cortinas, yo tenía que cerrar las mías y fingir que todo estaba bien, pero no era así. En una semana mi corazón estaba destrozado, verlo con esas chicas era lo peor, ellas siempre se metían con los del equipo. Ni siquiera podría reclamarle nada, con qué derecho si se suponía que ni siquiera me conocía, además él siempre me lo dijo "No eres la clase de chica con la que saldría sin conocer", es decir, no eres mi tipo y sólo eres mi amiga porque crecimos juntos.

Era demasiado para alguien tan débil como yo, estaba atada a esta maldición y no tenía escapatoria. Vivía con el miedo de ser descubierta y terminar como un fenómeno de circo o quizás en un laboratorio experimental. Ese miedo comenzó aquel día, él me robó mi primer beso y me olvidó, irónico si lo vez desde mi perspectiva.

Le puse límites a mi sufrimiento y me obligué a seguir, cambié de escuela secundaria y dejé de lado el hecho de que mi ex-mejor amigo era mi vecino. Logré continuar mi miserable vida en una secundaria más alejada, todo estuvo perfecto, hasta que me tocó elegir preparatoria. Ese fue el inicio de mis problemas, ¿cómo iba a saber que él iría a la misma?, digo ¿no? Uno no es adivina. Bueno, quizás debí revisar los equipos de fútbol* que representaban a la ciudad, eso me hubiera dado una pista de cuáles preparatorias no debía pisar. Finalmente, cuando lo vi entre los integrantes de "Los Halcones de Minnesota", me dije a mi misma; genial ahora lo tendré que ver en los juegos (porque yo pertenezco a la banda de música que anima los partidos) ¿qué podría ser peor?

Fue la pregunta más estúpida que me pude hacer, el destino se pasó de desgraciado y resultó ser un maldito caprichoso, de las 5 listas por año me pusieron en la segunda, que resulto ser la misma que un tal, Jaxon Tanner. ¿Coincidencia?, no lo creo.

La segunda vez que mi mundo se derrumbó, fue esta...

Me encontraba sosteniendo la mano de él, lloraba desesperada. Los paramédicos lo revisaron apresurados y luego lo llevaron a la ambulancia, yo solo los seguía mientras mis lagrimas se apoderaban de mi visión. No podía soportar la idea de perderlo, esta vez era diferente, no podría recuperarlo si dejaba de vivir; nunca me lo perdonaría, que él muriera por mi culpa.

—Jaxon... no me dejes por favor. — Le rogué entre sollozos. Me dolía el pecho de tanto forzar la respiración, no podía sentir nada más que dolor y agonía. Uno de los paramédicos me dio palmaditas en el hombro con la intención de aliviar mi angustia, pero nada cambiaría mi estado de ánimo.

Nunca me olvides ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora