Capítulo 1.

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Antes de empezar

Hay ciertas cosas que me olvidé poner XD, así que decidí agregar esta parte.

Cuando vean un (*) sobre las palabras (Desde hace 2 años, los Chopins* son una raza nueva de perros), significa que no existe, es una aclaración, ya que hay algunos que siempre dicen que no lo encuentras y les gusta acusar al escritor de ignorante o yo que sé. Además, que pondré banners para que coronar los (P.O.V), pero también agregaré los nombres, porque hay ciertas personitas que leen sin internet en su celular, así que pensando en todos pondré ambos.

Bueno, sigamos con la historia...

Bueno, sigamos con la historia

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  (P.O.V ) Jaxon Tanner   

Un buen día, en mi vida, inicia con una caminata larga para ver el amanecer. Siempre salgo a correr antes de que el crepúsculo se forme, me gusta caminar cerca del bosque y el lago. Cada vez que me siento sobre el tronco hueco, cerca a la orilla, veo a mi alrededor involuntariamente. Me mantengo impaciente y alerta, es como si mis ojos supieran que es lo que estoy buscando y mi cuerpo esperara su contacto.

—Mi mano. — dije observando mi palma y formé un puño — ¿Por qué siento qué algo me falta?

El silencioso amanecer, el viento correr y la cercana melodía de las aves me recuerda que estoy solo. Suspiro decepcionado, después de todo, llevo días con este sentimiento impasible dentro de mí. Se expande y me aprisiona, me retuerce por dentro obligándome a esperar, a buscar algo, a alguien, y no sé a quién. Otro día que vengo en su búsqueda y no pude encontrar nada.

Luego de regresar trotando por el mismo sendero me topé con algunos de mis compañeros del equipo, ellos también corrían desde temprano, aunque la mayoría lo hacía por obligación. Nuestro entrenador es muy exigente, un cascarrabias que no dudaría ni un segundo en ir a sacarnos de la cama, a gritos y patadas, si fuera necesario. Aunque está algo zafado y de vez en cuando nos exige atentar contra nuestra dignidad, es un gran tipo.

Una vez llegué a mi habitación tomé una ducha rápida. Cuando vi el reloj, aún quedaba hora y media para ir al instituto, me senté frente a la ventana y mi mente empezó a divagar.

Hasta que la vi, su cortina estaba entre abierta. Ella miraba hacia abajo adormilada, su cabello estaba despeinado y bastante alborotado, sus grandes lentes se encontraban desnivelados sobre su rostro. Era una vista muy cómica, se notaba a simple vista que había dormido con los lentes puestos ¿Se habrá quedado dormida o qué?, no me imagino otra razón por la cual amanecería así. Sus ojos entre abiertos comenzaron a recorrer su habitación y luego se dirigieron a sus cortinas, se dio cuenta que la estaba observando y se apresuró a esconderse en un intento desesperado de no ser vista, pero era tarde, yo ya había encontrado sus hermosos ojos.

Nunca me olvides ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora