El Chico Misterioso

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Y una vez más estoy aquí sentada mirando a un punto indefinido en la oscuridad de mi habitación y pienso en lo que puede pasar y fantaseo con una nueva historia que no sé si algún día comenzará.

No sé quién eres en realidad ni cuáles son tus intenciones apenas y hemos entablado una conversación y solo te he visto dos veces la primera fue cuando nos presentaron y la segunda por capricho del destino. Solamente sé tu nombre y el sabor de tus labios.

Recuerdo como fue el momento en el que nuestros labios coincidieron; te devolví la chamarra que me prestaste de una manera tan caballerosa y que me dejó impregnado tu aroma en mi ropa después de eso me acerqué para despedirme y de pronto me robaste un beso y fue algo que no pude asimilar al instante así que nada más sonreí y me fui.

La segunda vez que te vi no fue planeada y eso creo que fue lo mejor del caso, la verdad no pensé que me ibas a besar, pero lo hiciste y no exclusivamente una vez y ahora lo que más conozco sobre ti es cual es el sabor de tus labios, aunque lo que quisiera conocer es que oculta aquel brillo que tienen tus ojos cada que sonríes. Quisiera saber qué es lo que pasa por tú y no tener que tratar de descifrarte sin conseguirlo y quedarme con la misma duda de antes. Quisiera tener una respuesta para todas las dudas que se crearon en mi mente cuando nuestros labios se unieron en aquel primer beso tan fugaz y efímero de aquella noche en la que nuestros caminos se cruzaron. Es irónico que yo no crea en los clichés de la vida y, sin embargo, compraré nuestro encuentro con el inicio de una típica novela juvenil de romance.

Una Chica Sin VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora