Queridísima depresión, amado cutting y adorado sufrimiento

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Es momento de despedirnos, aunque hemos pasado muchos años juntos (seis para ser exactos) llegó la hora de decir ADIÓS. Mil veces pensé que eran mis aliados, mi refugio aquel pequeño lugar en el que me podía sentir tan miserable como quisiera, pero no me fije en que solo provocaba mi propio hundimiento, mi ruina y la decepción de mi misma.
Tuve muchas oportunidades para salir de todo esto, pero me acobardé así que decidí no hacerlo y seguir dañándome, cada vez, un poquito más.
Lloré, grité, me deprimí e incluso sentí un millón de veces que me asfixiaba y tampoco encontraba sentido a mi vida, pero nada más porque no quería, y no porque no podía. Y ahora lo sé. Sé que nada de lo que hago para "aliviar mi dolor" es correcto; que el autolesionarme y causarme sufrimiento no va a terminar con el dolor y el odio que siento, si, ese odio que siento por haberme convertido en lo que más detesto (aunque haya sido por un lapso corto de tiempo), en una persona egocéntrica, creída, hipócrita y que hace lo que sea, sin importarle nada ni nadie, para sentirse relativamente bien.
Pasaron algunos años en los que solo humillaba a los demás solo porque si, solo porque trataba de "sentirme bien", pero ¿Cómo podía sentirme bien? Si lo único que hacía era buscar la depresión a la cual me volví adicta.
Me costó demasiado el tratar de superar la depresión y el cutting, aunque existieron personas que trataron de ayudarme no logre ningún avance por mi falta de ganas para abandonar todo el daño que me infligía. Existieron muchos tropiezos mientras recorría el camino para superar todo esto y aunque me ha parecido en ocasiones un verdadero calvario y existían momentos en los cuales mis sentimientos y mis pensamientos se convertían en un vendaval que por fin van a llegar la calma.
He llegado al punto de odiar todo lo que hago, todo lo que pienso y todo lo que digo, porque después de todo soy muy sensible, demasiado frágil y en un segundo me puedo sentir como la persona más vulnerable del mundo. Odio mi depresión, odio mi forma tan fatídica de suponer y de actuar, simplemente odio a esta versión tan depresiva de mí. Y me cansé de que sea así y he decidido que ha llegado el momento de cambiar. Así que con una gran sonrisa y con la paz más profunda que siente ahora mi alma que fue atormentada por mucho tiempo y sin titubear les digo adiós a los que eran mis grandes aliados en la oscuridad.
Atentamente: La nueva versión mejorada de mí.

Una Chica Sin VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora