seis

5.5K 403 80
                                    

—¡Uno, dos, tres!

Me tensé al escuchar la música comenzar recordando a la velocidad de la luz todos los pasos que debía de realizar. Cuando la pequeña introducción de dieciséis tiempos acabó, comencé a moverme.
Brazos extendidos a la derecha, cuerpo a la izquierda; brazos a la izquierda, cuerpo a la derecha y... Traspié. Por poco caí de lado sobre mi compañera pero logré recomponerme ante la distraída presencia de la profesora. Suspiré algo más nerviosa que antes pero con más ganas de continuar.
Estaba acostumbrada a tropezarme con mis propios pies hasta sentada, aunque ese desliz que interfirió en la coreografía que practicaba con tanto ímpetu, me enfadó. Mucho.
Derecha arriba y luego abajo. Movimiento de rodillas, hombros y leve inclinación a la derecha acompañada de un rápido salto y movimiento de manos que aún no me salía del todo bien.
Kysoo, la profesora, paró la música sorprendiéndonos ya que aún faltaban unos segundos de coreografía.

—Esto no me está gustando nada—se llevó la mano al mentón y, como acto reflejo, bajé la cabeza hacia mis desgastadas deportivas blancas—, me refiero a las posiciones...

Y no era para extrañarse.  Aquel baile tenía demasiadas transiciones, pero casi todo el movimiento se centraba en una chica llamada Myeong—que no iba muy acorde con la música, la verdad ante todo, esa no era su canción—y Eunmi—la única chica que se podía considerar algo parecido a mi amiga, aunque no tanto como lo era Taehyung—.

—Myeong, cariño, cambia tu posición con la de Hyo.

Al oír mi mote pensé que había hecho algo mal y me tiré al suelo para pedir perdón de rodillas.

—Hyori, ¿qué te pasa?

La voz cansada de Myeong hizo que levantara mi cabeza y soltara una risilla avergonzada. Me puse de pie sin poner mucho esfuerzo y me coloqué dónde antes estaba Myeong. En todo el medio.
Genial, ahora lo visual recaería también en mí. No solo era la extranjera de los ojos grandes y las pecas, ahora era la extranjera que bailaba en el centro y en primera fila. Una estupidez para muchos, una gran carga para mis débiles hombros.

—Descanso para beber agua—anunció Kysoo cuando quedaba una media hora de clase y habíamos ensayando ya un par de veces con las posiciones nuevas.

Di un par de pasos y luego me tiré al suelo para rodar por éste hasta llegar a dónde mi bolsa de deporte descansaba. Sin moverme de la especie de posición fetal que adopté, abrí el compartimento exterior y saqué mi botella de agua. Eunmi se encontraba en mejor estado que yo, pero aún así cuando llegó a mi lado se tiró a mi lado jadeando dramáticamente.

—¿A quién se le ocurrió proponerle esta coreografía a Kysoo?—preguntó lloriqueando.

—A ti.

—Cierto.

Di un largo trago a mi botella para luego soltar un suspiro mostrando mi satisfacción. Durante la restante media hora de clase noté de vez en cuando como un liquidillo caía por mi nariz y deseé tener a mi lado un Yoongi que me ofreciera un pañuelo.
Entonces se me vino a la cabeza el hecho de que esa misma tarde iba a salir con él, que íbamos a ir a una cafetería y que estaríamos, por los menos, unas horas juntos. Estar a su lado siete horas en clase no era lo mismo que estarlo fuera del instituto. Tenía demasiadas preguntas que aún no me había respondido y tantas ganas de verle que parecía una loca enamorada.
Y a mi Yoongi no me gustaba, solo me parecía interesante y atractivo, igual que Tae. Mi mejor amigo era uno de los chicos más guapos que conocía—que, bueno, no eran muchos—y no me daba ningún miedo decirlo. Yoongi también era mi amigo—o al menos eso creía a esas alturas de la película, aunque nos conociéramos más bien poco—y también me parecía de lo más guapo. Aunque había soñado con él y fantaseado con un beso suyo... Eso no significaba nada, ¿no?

Blue | Min Yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora