dieciocho

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—¡Hyori-ah!

Tan pronto como escuché la voz de Yoongi llamándome a mis espaldas, aceleré el paso. Acababa de hacerme sentir fatal y lo último que deseaba entonces era volver a tratar con él como si nada.
Estaba cansada de fingir que todo estaba bien, que no me importaba cómo se sentía. Por mucho que fuese una persona cerrada, consideraba que con alguien debía de compartir sus problemas o si no estos mismos terminarían por consumirle completamente. Yoongi no era fuerte, por mucho que lo aparentara, estaba segura de que si se abriera a mí de la misma manera en la que yo ya me había abierto a él se sentiría mejor e incluso podría haberle ayudado.

Pero no.

—¡Hyori!

Al escuchar de nuevo su llamada comencé a correr, intentando no pensar en que ya estaba mojada de pies a cabeza por la fuerte lluvia que caía, ni en que no tenía ni idea de dónde estaba. No sabía cómo volver a casa.

—¡Shin Hyori!

Dejé de correr. Me rendí demasiado pronto para mi gusto, aún así estaba perdida y el único que me podía llevar a casa era él.
Estaba siendo una egoísta pero no podía evitar pensar en lo que antes me había dicho. Su comentario sobre mis padres biológicos me había dolido de alguna manera u otra y también cómo habló de cuando me fui de casa. Quería pensar que lo había dicho sin mala intención, llevado por el impulso de defenderse y conservar su orgullo, mas eso mismo era lo que tan furiosa me tenía: que su orgullo fuera más importante que sus propios problemas y nuestra amistad.

De pronto dejé de sentir la lluvia sobre mi cuerpo. Supe entonces que Yoongi me había alcanzado y refugiado bajo su paraguas. Mirando al suelo que se encontraba debajo de los zapatos de mi uniforme solté un triste suspiro. Frente a mis pies aparecieron sus botas y no pude evitar levantar la cabeza para enfrentarle. Por su mueca al verme deduje que estaba arrepentido. No me valía deducir cómo se sentía por haberme hablado mal, yo quería que lo soltara y dejara de fingir.

—¿Por qué eres así?—pregunté cruzándome de brazos.

Su paraguas era pequeño para dos personas, por lo que estábamos más cerca de lo que a mí me hubiese gustado. Agradecía su gesto, no podía ser tan desconsiderada, pero preferiría estar bajo otro paraguas que sintiendo su agitada respiración en mi rostro.

—Hyori, lo siento, yo...

—No, por favor, no te disculpes ahora—dije agitando mi mano derecha, restándole importancia, fingiendo que no me importaba cuando era todo lo contrario—. Llévame a casa.

Me retó con la mirada, pero no se atrevió a hacer nada más. Se giró de manera que quedaron nuestros codos juntos y comenzamos a andar.
Tras ir varios minutos en silencio por aquella calle—la cual estaba desierta gracias a la lluvia—, seguía sin saber dónde estábamos. Mientras tanto, Yoongi con su semblante serio daba la sensación de conocer perfectamente la zona, pues nos conducía a ambos a un paso rápido y constante casi sin mirar por dónde iba, como si se supiera el camino de memoria.
Llegamos a una parada de autobuses y me mandó con la mirada sentarme bajo la marquesina a esperar. A regañadientes me senté a su lado y me pasé las manos por el cabello húmedo, más que enfadada por haber tenido un día tan horrible.

—No debí de haber dicho lo que te he dicho—dijo él rompiendo el silencio que reinaba a nuestro alrededor, de no ser por los coches y el agua cayendo.

—¿Eres un genio y no lo sabía?—cuestioné sarcásticamente.

—Te estoy hablando en serio, Hyori, ahora mismo me siento como la mierda más grande del mundo—gruñó mirándome.

Chasqueé la lengua y opté en responder el silencio. Gracias a Dios, él tampoco volvió a iniciar una conversación así que esperamos sin decir ni una sola palabra al autobús.
Cuando el bus llegó, Yoongi se adelantó y le pidió un viaje para dos personas al conductor, pagando el mío sin preguntar siquiera. El autobús estaba hasta arriba, así que anduvo hasta el final del vehículo dejando gotear el paraguas para sentarse al fondo.
Muy a mi pesar le seguí con la intención de sentarme a su lado, pero una mujer mayor se me adelantó por lo que tuve que agarrarme a una de las asas que colgaban del techo para no caerme.

Blue | Min Yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora