24 de Agosto
Nunca escribo estas cosas en este cuaderno porque me gusta tener mis canciones y nada más, pero creo que hoy es necesario desahogarme con algo que no sean rimas. Y es que tal vez pensar en la soledad y en el simple color gris me hace sentir peor, aún así es mi actual inspiración. Las letras salen solas si me pongo a recordar lo que me ha pasado e incluso cuando estoy triste tengo mayor facilidad a la hora de ponerme a componer. Mi fuente de inspiración es el amargo pozo de la tristeza, la desesperación.
Mi madre se fue, sin más. Suena duro y así fue, además de inesperado e injusto. Sucedió poco después de que yo terminara el instituto. El cáncer pudo con ella y se llevó su vida, también parte de la alegría de casa.
No sé si voy a superarlo algún día. Solo ha pasado una semana y siento que ha sido un año completo. De vez en cuando siento que va a estar sentada con sus queridos libros en el salón leyendo, luego cruzo el umbral de la puerta y me deshago en lágrimas al ver su asiento vacío.
Ayer fue su funeral. Seguramente después de la ceremonia debía de sentir que su muerte era algo más real, al menos eso me dijo mi padre entre lágrimas mientras íbamos en el coche. Él tampoco está bien y es más que razonable, el amor de su vida ha desaparecido de la noche a la mañana por un fallo de los médicos que ni ellos mismos vieron venir.
Mis abuelos me abrazaron más que nunca después del último adiós a mi mamá, como si yo también me fuera a ir con ella. Ojalá me fuera con ella, lo haría sin pensarlo.
Y por primera vez después de tantos años solo lloré, no conté cómo me sentía por dentro a pesar de estar deseando hacerlo. Antes tenía a Yoongi para contárselo. Ahora solo me quedan mis canciones, supongo.
Y ya que le he mencionado hablaré de él, claro, cómo no.
No sé nada de Yoongi desde que se fue. Juro que le busqué en el edificio del instituto todos los días sin falta y le llamé un trillón de veces cada día, pero mis suposiciones de que tan solo se había cambiado de barrio eran erróneas. No sé porqué se fue ni a dónde, solo sé una cosa y es que le echo de menos. Muchísimo. Si pudiera tenerle ahora mismo a mi lado le ataría para que no se fuera bajo ningún concepto. Sé que él a pesar de ser el peor consolando sabría cómo hacerme sentir mejor. Me hace falta más que nunca y por eso mismo estoy muy enfadada con él. Él sabía que estaba en un momento delicado gracias a la enfermedad de mi madre y yo esperaba que estuviera a mi lado como Tae lo estuvo. Al fin y al cabo, Taehyung y Yoongi son mis únicos amigos, aunque admito que deseo con todas mis ganas que Yoongi vuelva para declararme, pero bien. Me hubiera gustado salir con él o intentarlo al menos porque me gusta demasiado. No, no me gusta: le quiero, tanto que cuando escribo tan solo me salen cosas relacionadas con lo mal que me siento o lo muy enamorada que estoy de él.
Será tonto, ojalá volviera para zurrarle pero bien.
Estoy muy cansada en este momento, son como las tres de la mañana y, a pesar de que los párpados me pesan y la muñeca me duele por la rabia con la que estoy garabateando estas palabras, estoy decidida a continuar escribiendo.
A modo de carta que nadie nunca va a recibir quiero pedir perdón, al mundo, a todos los que me rodean. Poco a poco siento que la muralla que sin querer construí (y había pensado que había derribado hace mucho tiempo) ha crecido de nuevo. Esa maldita muralla que me hacía sentir inferior, desprotegida, apenada e insuficiente... No tengo ni idea de porqué ha vuelto a surgir.
No es como cuando de vez en cuando me vienen venas tristes, pues éstas se me suelen pasar en un par de días. Llevo agobiada por el mismo motivo más de una semana, me estoy ahogando en un maldito vaso de agua que yo misma he llenado con interrogaciones que no llegan a ninguna parte a no ser que salgan de mi boca... Y no quiero que salgan, no quiero que nadie lo sepa, no quiero que vean mis inseguridades y no quiero fallar a nadie, no llegar a sus expectativas, hacerles daño. Mi madre no querría eso.
Me siento muy sola, tanto que me ahogo en mis propios sentimientos. No me basta con la compañía de mi padre o de Tae, no me basta con que estén ahí, quiero que vean el porqué de mi malestar sin que yo se lo diga y sepan reaccionar. Quiero estar ocupada y no tener tiempo para dejar de pensar y darle tantas vueltas a las cosas que me suceden, por mínimas que sean.
Quiero que esto pare ya, quiero irme con mi madre y abrazarla para que me diga que todo va a estar bien y que sus palabras sean ciertas.
Ya ni siquiera sé si quiero ser cantante, no sé si quiero dedicarme a la música. No estoy para nada motivada y no quiero que me dejen a un lado por no estar en mi mejor momento, pero tampoco quiero que me valoren más por x motivos que a gente con talento certero.
Ya no sé ni quién soy ni cómo llegar a encontrarme, mis dos principales pilares se han caído y yo con ellos, sé que no me puedo levantar.
A veces pienso que todo esto que me está pasando es una fea pesadilla que parece nunca terminar, luego abro los ojos y noto que aún mis demonios me persiguen y que ya no está mi madre para protegerme.
Con todo este lío de palabras quiero decir que he dejado de ser yo, Shin Hyori se ha sumido en la tristeza y en su lugar ha surgido quién soy ahora.Ahora estoy goteando como un amanecer saturado. Estoy derramando agua como un fregadero que se desborda. Estoy rasgando cada borde, pero quiero ser esa obra maestra que Yoongi y mi madre decían que era. Y ahora estoy arañando las páginas y la tinta.
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Blue | Min Yoongi; BTS
FanfictionA decir verdad Hyori no podía pensar en otra cosa que no fuera en terminar su último año de instituto, ingresar en una buena universidad e intentar, si había una oportunidad, hacer una audición a ver si alguna empresa veía algo especial en ella más...