9. Espera solo un minuto más.

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Son las siete de la noche, casi a nada de que llegue Jonathan, por los pocos textos que me envió, está con Sinuhé y llegarán juntos, aproximadamente a las nueve y media o diez de la noche. Siento un nudo en la garganta e incluso tengo náuseas de solo pensar lo que va a pasar en unas horas. Fuí con Camila a comprar algunas cosas, ella piensa que seguirá aquí... ¿O tal vez si lo haga? Mi mente está tan enredada en toda esta situación que no sé que hacer.

-Daya...- Sonreí mientras ella miraba unos jeans negros rasgados de las rodillas.

-¿Te gustan?- Sonrió. -Creo que te ajustarían demasiado bien.- Dijo mordiéndose el labio inferior. Sentí sonrojarme por lo que Camila dijo.

-Creo que te quedan mejor a ti.- Dije de vuelta.

-Lauren, vamos a comer algo...-

Asentí. -¿Qué quieres comer?-

-Pizza y amm... Helado.-

-Vamos, en el último piso de esta plaza hay una pizzería.- Dije y tomé su mano, comenzamos a avanzar hasta el elevador, mientras esperábamos a que bajara, Daya... Más bien, Camila me besó, en ese momento la puerta del elevador se abrió y se escuchó caer lo que parecían ser bolsas de compras, al darme cuenta de quien las había dejado caer mi corazón se aceleró, mi respiración era dificultosa y un nudo se construyó en mi garganta.

-Al... Alexa... Yo... No es lo que crees, déjame...- Antes de que pudiera terminar mi oración la palma de la chica impactó en mi mejilla de forma que ésta terminó enrojecida y ardía como el infierno. Después miró entre lágrimas a Camila y se le fué encima de tal manera que ambas cayeron hacia atrás.

-Déjala, Alexa...- Dije jalandola con todas mis fuerzas hasta que logré separarla de Camila.

-¡SUÉLTAME LAUREN!-

La solté, Camila se colocó detrás mío y Alexa al frente. -¿Quieres calmarte?- En este punto la atención de la gente estaba en nosotras, me sentía avergonzada.

-¿Qué querías probar Lauren?- Dijo Alexa mirándome con ¿Odio? -Querías demostrar que ella, por ser idéntica a Camila ella era el nuevo amor de tu vida... Eres un asco. Y tu, Diana o Camila como sea que te llames, eres una mierda de persona, sabías que Lauren estaba conmigo y no te importó en lo absoluto.-

-Basta, Alexa cállate.-

-No eres nadie para callarme... No eres nada.- Dijo con rabia, se acercó a una de las bolsas que estaba en el piso, sacó una chamarra de piel negra y me la lanzó a la cara. -Aún te compré esto como una estúpida... Que les aproveche.- Dijo, levantó las demás bolsas y se alejó rumbo a las escaleras eléctricas.

-¿Quién es Camila?- Preguntó... Camila.

-No es nada...-

-Respóndeme Lauren.- Dijo llorando. Me acerqué a ella moviendo la cabeza en negativa. -Tranquilízate primero amor. Lo mejor será ir a casa ¿Si?-

Camila no dijo nada y simplemente la cargué, llamé el elevador de nuevo, cuando llegamos al sótano caminaba con ella en la espalda. Al llegar al auto me detuve. -Daya, baja...- Ella bajó sin decir nada, abrí la puerta del auto y entró, la cerré y entonces subí yo, encendí y emprendí el camino a casa.






*~






Son las nueve de la noche, a nada de que todo mi mundo se caiga a pedazos de nuevo. Camila debido a lo ocurrido decidió recostarse un rato, por mi parte me encerré en mi habitación, llamé a Alexa para por lo menos pedirle una disculpa pero tenía la contestadora. Estaba tan frustrada, lloraba como una bebé, recuerdo cuando le reclamé a Camila por besar a Valeria y ahora yo hice lo mismo, utilicé a Camila y engañé a Alex. "Eres una mierda..." Pensé para mi misma. La vibración de mi teléfono me sacó de mi ensimismamiento, era un texto de Jonathan, aseguraba que llegarían en quince minutos, solo respondí un "ok" limpié las lágrimas de mis mejillas y salí de mi cuarto armandome de valor para contarle toda la verdad a Camila. Toqué la puerta pero no recibí respuesta, así que entré, estaba sentada en el suelo alfombrado, sin calzado y con la mirada gacha. Me acerqué a ella y me senté a su lado.

-Princesa, necesito que hablemos.-

Ella alzó la vista, tenía los ojos hinchados y marcas de lágrimas en las mejillas. -Debes estar con ella Lauren.-

-No. No cuando se que a ti te amo.- Lo dije, porque lo sentía.

-¿Tú me amas?-

-Si, desde hace tres años te he amado, te extrañaba, porque...- Me callé, me callé por miedo.

-¿Por qué? ¿Hace tres años? Lauren ¿Que estás diciendo?-

-Tu, tu eres Camila, tu eres el amor de mi vida, vivía con un nudo en la garganta desde que volví a verte... Creí que era una coincidencia entre Camila y Diana, pero son la misma persona y a la que amo más de lo que ya lo hacía.-

Lágrimas rodaron por el rostro de Camila, me miraba incrédula, por primera vez sentí una mirada fría de su parte, aquellos ojos que algún día y hasta hace unos momentos me miraron con amor, ahora parecen vacíos para mi, negaba con la cabeza una y otra y otra vez. -No, no es cierto... Mientes.-

Me acerqué a ella tomando sus brazos entre mis manos. -Camila, no miento, juro que no lo hago, yo te amo, no puedo engañarte.-

-¿No puedes engañarme?- Dijo con un tono sarcástico. -Me has mentido todo este tiempo, si sabías quien era y no me dijiste nada... ¿Por qué... Por qué no lo hiciste?-

-Camila, entiende que esto no es sencillo, no podía llegar y hablarte de esto, no podía destruir tu vida.-

-Ya lo hiciste.-

Sus palabras me llegaron hasta lo más profundo, me hirieron, me lastimaron y me rasgaron para finalmente destruirme y dejarme en el suelo llorando. -Te amo.-

-¿Tú puedes amar?-

-Camila...-

-Yo no soy Camila, no puedo ser ella. Quiero conocer a Camila.-

-¿Te miraste alguna vez al espejo cuando no tenías tatuajes, piercings y esa forma de vestir?-

Ella bajó la cabeza. -Si, si lo hice.-

-Ella era Camila, pero ahora si quieres conocerte, espera solo un minuto más y sabrás toda la verdad.-

AdictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora