Capítulo 27: "Dejándonos llevar por nuestros sentimientos"

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(Antepenúltimo capítulo)


Un par de pelinegros se miraban mutuamente mientras intercambiaban unos aros de matrimonio mientras sus invitados los miraban.

Gokú y Milk luego de intercambiar sus aros miraron al sacerdote quien bendijo su amor mientras sus invitados aplaudían.

Ya eres mi esposa, dijo Gokú mientras tomaba las manos temblorosas de una nerviosa pelinegra que lo miraba dulcemente.

Si, dijo Milk con dulzura.

¿Estás nerviosa?, dijo Gokú sonriendo

Un poco, dijo Milk.

No hay motivo para que lo estés, dijo Gokú acercando su rostro para besar con dulzura los labios de la pelinegra mientras los presentes aplaudían.

Les presento a los señores Son, dijo el sacerdote haciendo que los aplausos se intensificaran más.

Luego de ello, el juez realizo la ceremonia civil en la cual fueron testigos los amigos de del joven de cabello alborotado junto a sus novias.

El juez les entrego sus actas de matrimonio al tiempo que los aplausos nuevamente se hicieron presentes, luego de ello los padres del joven de cabello alborotado y sus amigos se acercaron a felicitar a los pelinegros.

¡Gracias¡ ¡gracias¡ ojala y disfruten la fiesta, decía Gokú.

Claro que la disfrutaremos amigo, dijo Ten sonriendo.

Creo que ustedes dos tienen que dar inicio al primer baile, dijo Bulma sonriendo.

Si es cierto, pero antes hija tienes que arrojar el ramo para que algunas de las jovencitas que están aquí lo tomen, decía Gine emocionada.

Si el ramo, dijo Bulma emocionada mientras el joven cabello de flama sonreía.

Creo que allí tenemos a nuestra segunda pareja en casarse, dijo Ten riendo.

Pues no lo creo insecto Lunch también esta emocionada por atrapar el ramito, decía Vegueta riendo.

Aunque no es la única Dieciocho también, dijo riendo Yamcha.

¿Quién lo cojera?, dijo Piccolo intrigado.

No lo sé pero yo por si acaso haré cruz, decía Krilín.

¿Cruz?, ¿pensé que querías casarte con Dieciocho?, dijo Vegueta.

Así es por eso lo haré, no vez que siempre todo lo que deseo me sale al revés por ello deseare no querer casarme con ella para casarme con ella, ¿me entiendes verdad?, dijo el calvo riendo.

Si insecto, si te entiendo, decía Vegueta mirando cuando el joven de cabello alborotado que llevaba de la mano a su esposa hasta el centro del jardín para que arroje el ramo.

Mientras tanto:

Un grupo de mujeres se encontraban en la habitación principal de la casa alistando la alcoba para los recién casados.

Ya quedo, decía una de ellas mirando el hermoso corazón a base de pétalos de rosas rojas que había formado sobre la cama.

Quedo muy lindo, decía otra mientras terminaba de colocar unos globos rojos en la habitación.

Si es cierto, el champagne y las copas ya están, la decoración de la cama y la habitación también, creo que ya no falta nada más, decía otra mujer.

Si falta algo, dijo una de ellas arrojando algunos pétalos de rosa por el suelo formando un camino mientras otra le ayudaba a colocar velas alrededor de este.

"Dos historias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora