"Dos historias"

Capítulo 20: "El temor aumenta"

No, no, nooooooooooooooo, gritaba desesperadamente la pelinegra mientras llevaba sus manos a su cabeza ante el desconcierto del joven de cabello alborotado.

Milk, muñequita bella, que te pasa, dijo Gokú tratando de acercarse a ella.

No, no me toques, no te me acerques, no te me acerques, estoy sucia, sucia, decía Milk sollozando mientras bajaba rápidamente del auto dejando al perrito en el asiento y empezó a correr en dirección contraria al lugar donde había visto a los hombres.

Milk, quédate aquí Fido, dijo Gokú cerrando con seguro las puertas del mismo ante de bajar del auto para ir corriendo rápidamente tras la pelinegra.

Ellos, ellos vinieron por mí, vinieron por mí, pensaba la pelinegra mientras corría sin mirar atrás sin percatarse que tras de ella venía corriendo el joven de cabello alborotado.

La loca carrera de la pelinegra se detuvo debido a que está tropezó y cayó al piso.

Milk, muñequita bella, ¿qué tienes?, dijo Gokú al llegar junto a ella mientras la abrazaba.

Ellos están aquí, están aquí, dijo Milk sollozando en los brazos del joven de cabello alborotado.

¿Ellos?, ¿quiénes son ellos?, dijo Gokú intrigado mientras colocaba un pañuelo sobre la rodilla lastimada de la pelinegra.

Milk solo rompió en llanto mientras el joven de cabello alborotado la tomo en sus brazos para llevarla a la casa.

Mientras tanto:

Cuatro hombres platicaban en una esquina.

Entonces ese es el plan esa es la casa donde vive, tenemos que buscar la forma de que ella nos vea, decía el hombre rubio.

Pues los vecinos de esta zona nos dijeron que los vieron salir de viaje, que lo más probable es que hoy vuelvan pues el joven que vive allí entrena de lunes a viernes en un gimnasio, decía otro de los hombres.

Entonces que hacemos, ¿nos quedamos a esperar?, dijo otro hombre.

Creo que será mejor que uno de nosotros se quede los demás nos vamos para no levantar sospechas, dijo el rubio.

Si tienes razón, dijeron los demás hombres.

Casa de Gokú:

Luego de que Gokú guardo su auto y bajo a la mascota de este fue a la habitación de la pelinegra.

¿Puedo pasar?, dijo Gokú mirando con nostalgia a la pelinegra sollozar sobre su cama.

Sí, dijo Milk mientras sollozaba.

Ahora si puedes contarme, ¿qué sucedió?; dijo Gokú con dulzura mientras con sus manos limpiaba las lágrimas que salían de los bellos ojos de la pelinegra.

Nunca podré ser feliz, nunca, yo no merezco ser feliz, dijo Milk con voz entrecortada.

Milk, deja de decir eso, tú más que nadie merece ser feliz, decía Gokú con ternura.

Ellos han venido por mí, dijo Milk con temor.

¿Quienes son ellos Milk?, dijo Gokú.

Los hombres que abusaron de mi por primera vez, dijo Milk quebrándose de dolor mientras bajaba la mirada de vergüenza.

Muñequita, ¿estás segura?, dijo Gokú abrazándola más a él.

Sí, dijo Milk con voz entrecortada.

¿Dónde los viste?, dijo Gokú.

Estaban cerca de la casa, dijo Milk.

Llamare a la policía, pediré resguardo para ti, dijo Gokú.