Capitulo 2

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Había una oscuridad que rodea cada centímetro, una oscuridad que no tenia fin, ni siquiera podía verme en ella.
Todo era negro, un negro que daba miedo no poder salir de ese lugar, ¿donde estoy?.

-Ian..- la voz venia de la oscuridad, era ronca y débil. - prometí estar a tu lado..- ¿Math?- ya sea en las buenas o malas..- ¡Si! Era math... Pero donde esta de donde viene... - pero nunca me imagine verte aquí - seguía hablando - vamos amigo despierta, te necesito, dijiste que serias mi mano derecha y me acompañarías cuando estuviera.. En el altar.. - su voz se ahogaba en sollozos - no se si me escuches o no pero despierta. -¿despertar?
No entendía ni una palabra, así que solo me dedique a escuchar - hay personas que te esperan, que te necesitan por ejemplo yo... Tu mama... Tu hermana... Por favor hermano no te vayas, sigue peleando, no te rindas, te prometo venir a verte cada uno de tus días aquí... Pero regresa.. Te esperaré...

Su voz empezó a desaparecer de la oscuridad así como la oscuridad se desvanecía y la luz se hacia presente.
La luz era molesta y atravesaba mis párpados, quitándome todo el sueño.
La luz inundaba toda la habitación, abro los ojos mientras mi sueño comienza a ser un lejano recuerdo, uno de los mas extraños que he tenido en toda mi vida.

Claro excepto el de ayer con el que me di un sopetón al despertar. ¿A que se deberá tantos sueños raros, será que me hizo daño el golpe del auto?
Tal vez sea una de mis paranoias, no sería la primera vez. ¡Mejor Ian deja de pensar y apurate que se te hará tarde para la universidad! Me reprende mi inconsciente.
Busque unos jeans y una camiseta en mi ropero, tome un par de calcetines y me dirigí al baño.

Me comencé a desvestir.
Tenia que dejar de pensar en paranoias y comenzar en pensar en los exámenes, pronto comenzarían ni siquiera había comenzado a estudiar.
Tome mi ropa en bola y la aventé al canasto de la ropa sucia, como todo un beisbolista profecional, claro no jugaba en la escuela.

Siempre me gusto mantenerme al marguen dentro de la escuela aunque no podía detener mi potencial como el nert del salón y mas cuando los maestros siempre me felicitaban por mis resultado en cada prueba.
Habría la llave del agua caliente espere a que comenzará a salir caliente mientras observaba al hombre que estaba a través del espejo...

Ese hombre tenia su mandíbula marcada un cuello ancho con hombros musculosos que tomaban forma los brazos a su lado, con pectorales marcados una tes blanca casi como porcelana.

La habitación se comenzó a llenar de vapor, esa era mi señal que tendría que templar el agua para entrar.

Las gotas comenzaron a caer por mi espalda dejando por su paso un camino húmedo donde las demás gotas comenzaron a recorrer.

La ducha fue lo mas tranquila que logre y alejando los pensamientos de mi mente.

Cuando salí de la regadera pise el tapate, tomando la toalla correspondiente, me seque, lo mas rápido para no sentir el frío, y me vestí inmediatamente, en cuanto termine tome el secador, comencé el proceso de secar mi cabello.

Salí del baño, tome mis zapatillas deportivas, salia a escalera abajo, entre al comedor tome la puerta del refrigerador, lo abrí, revise su contenido, en la puerta había yogur, tome uno al azar.

Tome una manzana de la barra de la cocina, tome mi mochila y salí de la casa.

Math no estaba estacionado afuera como de costumbre, tal vez tuvo un inconveniente y no pudo venir por mi o paso por Mía.

Tal vez se le descompuso el automóvil a su novia, bueno hoy a mi me toca irme por mi cuenta, por mucho que odie conducir, tendría que manejar. Me dirigí al automóvil, sin ni siquiera mirarlo, conducirlo me provocaba un desagrado.

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