Una fututa pérdida

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     El sujeto se volteó pero no lo miro a los ojos se quedó con la vista fija en el suelo, entrelazo sus manos sobre su regazo y lanzo un suspiro después alzo la vista hasta la altura de su pecho y dijo.

-Quiere atacar su base para llevarse a los Divinos.

-Con que es eso, ¿Y para que quiere poseer a los Divinos?

-Eso realmente no lo se lo juro yo solo soy un guerrero de la clase baja no me autorizan saber ciertas cosas.

-Te lo creeré esta vez-dijo Jeremías y le tomo de la barbilla asiéndolo mirarlo a los ojos y le dijo- Solo por esta vez ¿entiendes?

El hombre de cabellos rubios se quedó paralizado viéndolo a los ojos y por un instante pareció desvanecerse, después retiro la mirada y dijo automáticamente sin siquiera parpadear.

-Tendrás una perdida en una pelea, sufrirás mucho por la muerte de alguien especial, una chica de cabellos blancos y ojos amarillos como las flores de narciso.

Jeremías se quedó atónito, boquiabierta y con los ojos fijos en los cabellos del hombre, contrajo sus uñas y se encamino lentamente a la salida, nos miró de soslayo y siguió caminando al ritmo del caracol hacia las escaleras.

Louis y yo nos quedamos parados mirando al hombre que desangraba sobre las mantas, tratamos de abrir las puertas pero nos fue imposible, el sujeto se acercó a nosotros sin dirigirnos la mirada, por un momento pareció decirnos algo pero lo dijo tan despacio que no logramos a escuchar nada, se aferró con fuerza a los barrotes de la cárcel y levanto un poco la cabeza a la altura de nuestras rodillas, abrió y cerró la boca varias veces antes de que al fin dijera algo.

-Kendal-dijo en voz baja pero esta vez entendible.

-¿Quién es Kendal?-pregunto Louis con voz potente.

-Yo soy Kendal-dijo con voz entre cortada.

-¿Y qué quieres de nosotros Kendal?-pregunto suavizando la voz y acercándose un poco al individuo que ahora lo tomaba del pantalón.

-Solo quiero ayuda, por favor hagan que cese de sangrar eso es todo lo que les pido, en cambio podría decirles su futuro si así lo desean.

-Yo le entro- dijo Louis y se acuclillo hasta llegar a la altura de la cabeza de Kendal, el mantuvo la mirada fija en los ojos de mi compañero y después de un soplido dijo.

-Te salvaras de la muerte en repetida ocasiones, y también veo un infante y una chica de cabellos rojos.

-¿Un niño?

-Sí, de cabello castaño como el tuyo y ojos verdes, están los tres en una casa de madera comiendo en una mesa circular viendo lo que parece un partido de futbol.

-Escuchaste eso Louis, tendrás un bebe- dije muriéndome de la risa cuando note que se ruborizaba.

-Ya cállate, a ver amigo dime ahora el futuro de este y de inmediato iremos por ayuda.

-Si- dijo y se acercó más a mí, me senté en el suelo y me deje ver a los ojos.

-Veo, un hombre encerrado en un marco plateado pidiendo ayuda desesperadamente, también a una chica castaña que se lanza a lo que parece es... ¡la cárcel de sombras! Se lanza para salvarte la vida de un gran peligro que venía por ti.

Tristan y el secreto RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora