IV: Venus y Marte

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Gracias a mi gente bonita del foro Behind The Horror, a las hermanas, a Pily, a Gaby991 y a mi querida beta Light of Moon.

Resident Evil no me pertenece, por desgracia, solo el argumento.

Infiel

Por GeishaPax

IV: Venus y Marte

Desde la llamada alarmante de Leon, tanto Chris Redfield como la madre de Leon comenzaron a pasar más tiempo con la activista. Nadie mencionaba el domingo que había pasado en D.C., pero el hecho estaba allí, aguardando tras sus cuidadosos gestos, tras la cautela con que abordaban ciertas conversaciones. Grace Kennedy estaba orgullosa de su hijo. Era un hombre que se había hecho a sí mismo, que había triunfado a pesar de las dificultades que vinieron después de los incidentes con Umbrella. Chris había hecho las paces a medias con el antiguo agente, ambos lados sabían las cosas buenas y que albergaba Leon.

Pero no estaban ciegos ante lo que la tentación -en especial Chris tenía los ojos sobre Ada- podía suponer para un hombre del calibre de Leon. Era un hombre perspicaz, inteligente y lleno de vida. Su particular humor, la capacidad de hacer empatía y amistad con cualquier extraño, sin contar la habilidad que tenía como ex agente del gobierno, lo hacían muy interesante para las mujeres. Y, aunque nadie le había dicho nada de por qué el matrimonio de la pareja atravesaba por tiempos difíciles, Grace y Chris no eran tontos, sobre todo la madre de Leon que tenía una idea bastante acertada de la verdad.

Claire agradecía el apoyo moral que le estaban brindando, porque había llegado a la dolorosa conclusión de que, en el mundo extraño en el que había empezado a vivir, ella era su única amiga. Y Chris la única persona que podría salvarla nuevamente como cuando se creyó una heroína y fue a dar a una prisión de Umbrella.

Se sentía decepcionada consigo misma por haberse dejado llevar hasta convertirse en una persona vacía. Su hogar, que antaño era su orgullo y su gozo, se había transformado en continuo objeto de sus críticas. Podía ser un buen lugar para ella, pero no para su marido. Su avance en la vida merecía una casa mayor, una que reflejara sus éxitos. La pelirroja no dejaba de atormentarse recordando las muchas veces que su esposo le había comentado que quería mudarse a una casa más grande, mejor. Tal como había empezado a considerarlo últimamente, lo comprendía perfectamente. No había duda de por qué no había llevado a aquella casa a ninguno de sus amigos: debía avergonzarse de su hogar.

Pero Claire también se sentía furiosa con su cónyuge por no abrirle las puertas

de su mundo. Tal vez fuera culpable por permanecer ciega a lo mucho que él había cambiado, pero él tenía parte de culpa por esconderla, como si fuera un incómodo secreto que no convenía a su imagen de triunfador. ¿Acaso no valía todo el tiempo y trabajo en TerraSave? Hasta el mismo Leon en algún momento le aplaudió su rol más pasivo al anterior.

Tal vez tenía que ser una espía sensual o una agente joven para ser reconocida.

La ira se convirtió en resentimiento y el resentimiento en una inquietud que la hacía irritable e impaciente.

"¿Quién eres, Claire?", se preguntó una noche que el ex policía volvía tarde del trabajo, después de muchas semanas en que había vuelto a las seis y media en punto. "No puedes echarle a Leon la culpa de todo", se decía. "Has vivido en una nube, que ni siquiera te has preguntado cómo era el mundo de tu marido. Sabías que acudía a muchas comidas de negocios, reuniones con algunas agencias, que tenía que moverse en ciertos círculos hasta de empresarios, si quería estar al día, pero no te preguntaste si debías preocuparte por entrar con él en ese mundo, ni siquiera te preocupaste de escucharlo y apoyarlo".

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