VIII: Es tu culpa

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Gracias a mi gente bonita del foro Behind The Horror, a las hermanas, a Pily, a Gaby991 y a mi querida beta Light of Moon.

Resident Evil no me pertenece, por desgracia, solo el argumento.

Infiel

Por GeishaPax

VIII: Es tu culpa

Fueron unas Navidades felices, tranquilas, alegres, pero terminaron enseguida. Llegó el momento en que Claire tuvo que decidir si iba a volver a las clases de Giovanni. Leon no hizo ningún comentario, pero ella sospechaba que ya le hubiese dado una paliza.

Muy lentamente, volvieron a ser dos extraños que vivían bajo el mismo techo.

La antigua Redfield pensaba que el noventa por ciento de la culpa la tenía el hecho de que no había conseguido una relación satisfactoria en la cama. Leon era un hombre muy sensual y su propia y continua incapacidad para entregarse por completo debía desafiar su virilidad. Odiaba las restricciones que ella imponía: la oscuridad, el silencio, su reticencia a dejarse llevar por sus sensaciones. Claire temía que, si no podía solucionarlo, una vez más, él se fuera en busca de la satisfacción a alguna otra parte.

¿La abandonaría alguna vez aquel miedo? Se preguntó una mañana, después de una noche especialmente desastrosa. Leon había sufrido tanto como ella después de su aventura con Helena, pero saber que podía volver a caer en la tentación cuando la presión fuera demasiado fuerte, acababa con la necesaria confianza que ella necesitaba para volver a sentirse segura con él. Era presa de una terrible inseguridad, una inseguridad que la mantenía continuamente irritada. Volvió a tener dolores de estómago, unos dolores que ya duraban meses.

Y, cuando pensaba en aquellos meses, se le helaba la sangre en las venas.

.

Eran las dos en punto de la tarde de un miércoles. Leon estaba en la DSO, recogiendo los informes que mandaría a la Casa Blanca en su próxima reunión cuando sonó el teléfono.

—Una señora le llama por teléfono, señor Kennedy, dice que es la señora

Kennedy.

A Leon le dieron escalofríos. Claire nunca lo llamaba al despacho. ¿Habría

ocurrido algún accidente?, se preguntó con alarma. ¿Le habría ocurrido algo a sus hijos?

—Pásemela. — le pidió a su secretaria.

Cuando recibió la llamada, había considerado tantas posibilidades que se desconcertó cuando no oyó la voz de Claire sino la de Sherry, la rubia debió salir de la oficina para socorrerla.

Sacudió la cabeza y dijo:

—Empieza otra vez, cariño. Me temo que no he entendido una sola palabra.

Al cabo de unos minutos, estaba en su coche, pisando el acelerador en dirección a su casa. La rubia le abrió la puerta.

—Está ahí dentro. — le dijo Sherry con gesto de preocupación y con signos de haber llorado. —Está muy enfadada. — añadió susurrando.

Leon hizo un gesto de dolor al abrir la puerta del salón y ver a Claire sentada

en una esquina del sofá. Tenía el rostro enterrado en un cojín y no paraba de sollozar.

Se acercó a ella con cuidado. Se quitó la corbata antes de intentar tocarla, le temblaron las manos.

—Cariño. — susurró agachándose y apoyando la mano en su hombro.

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