El harem de Bakugou [Boku no Hero Academia]

Capítulo 8: ¿Retirada?

—¡El culo de Bakugou es nuestro, tenemos que impedir que se lo queden esos villanos! —añadió Hagakure con optimismo.

—Hay que pensar algo... —murmuraba Yaoyorozu con concentración.

[…]

—De acuerdo, yo me encargo —dijo Jirou después de haber pensado una estrategia.

En casos así, lo mejor era confiar en el conocimiento de que a todo el mundo le gustaba Katsuki.

Kyouka publicó en todas sus redes sociales y en los grupos en los que estaba, un mensaje informando que los villanos habían secuestrado a Bakugou y la posición exacta en la que estaban.

No tardó en llegar la ayuda.

—¡Joven Bakugou! —se pudó escuchar un fuerte ruido procedente de los escombros de pared que alguien había rompido—. ¡Ya estoy aquí! —exclamó All Might con una sonrisa presentándose ante los villanos.

A los pocos segundos aparecieron muchos otros héroes famosos, casi todos los alumnos de U.A., incluidos los tres grandes, y diferentes madres y padres.

—¡¿Mamá?! ¡¿Papá?! —se sorprendió Ochako al ver a sus padres dispuestos a rescatar Katsuki.

—Ese chico problemático no os pertenece —decía Aizawa bastante enfadado.

—¡Devolvednos al joven! —exclamó el director cobaya.

—Ah... qué molesto —murmuró Shigaraki rascándose cada vez más rápido el cuello.

—¿Retirada? —inquirió Kurogiri abriendo un portal.

—Supongo... que sí —aplicó All For One accediendo al verse totalmente rodeado por una cantidad incontable de héroes—. Por ahora.

El harem de Bakugou era más grande de lo que se imaginaban.

Y así, Katsuki fue rescatado y todos regresaron felices a U.A.

[Día #7]

Después del pequeño inconveniente con el rescate del chico explosivo, Todoroki, el cual por casualidad fue al sótano después de haber conseguido por fin las pastillas para dormir, abrió la puerta y halló a casi toda su clase tirada en el suelo, lleno de vómitos, cacas y meados.

—¡Todoroki-kun...! —exclamó Izuku al ver cómo su amigo los miraba desde la puerta con cara de póker.

Pero Shouto volvió a cerrar la puerta y se alejó lentamente como si nunca hubiese visto lo que había en aquel sótano.

—¡TODOROKI-KUN! —volvía a gritar el de cabello verde mientras golpeaba la puerta—. ¡A-Ayúdanos, por favor! —insistió nuevamente.

Pero Todoroki se hizo el sordo.

—Déjalo, Midoriya... —murmuró un Kaminari agonizando en el suelo—. Estamos jodidos.

Aún así, aún había una pequeña luz de esperanza.
La puerta se volvió a abrir dejando ver a todas las chicas poniendo una amable sonrisa.

—¡Ya podéis salir, chicos! —exclamó Yaoyorozu con gentileza.

—¡Deku-kun, Iida-kun! ¡Sin rencores! —les sonrió Uraraka con alegría.

Eran malas.

[…]

Mientras tanto, Todoroki, el cual ya estaba en su habitación organizando sus cosas compradas, recibió un mensaje de su padre.

"Shouto, necesitamos hablar."

El chico de cabello bicolor no tuvo alternativa.
Después de todo, su relación con su padre había mejorado durantes esos años y era el único que no tenía a Bakugou como su objetivo.

—Dime —dijo una vez en el lugar en el que se habían reunido.

—Shouto... —comenzó Endeavor dándole la espalda y aún con dudas—. Quizás es difícil para ti... asimilarlo, pero... —trató de sonar lo más calmado posible para luego girarse—. Creo que me he enamorado.

A Todoroki le daba absolutamente igual, pero aún así, por cumplir, se dignó a preguntar.
—¿De quién? —inquirió con su cara de póker.

—De Bakugou... Katsuki.

[…]

[Querido Diario #24]

Creo que el odio que le tenía a mi padre ha regresado.

—Todoroki.

[Querido Diario #25]

Después de lo que ha pasado, no sé si es buena idea volver a confiar en las chicas.

—Midoriya.

[Querido Diario #26]

¡Hemos tenido que retirarnos, pero no importa!
He conseguido un poco de sangre de Katsuki...

—Toga.

[…]