El harem de Bakugou [Boku no Hero Academia]

Capítulo final: El Pene de la Paz

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene pedofilia

[...]

Dentro de clase, Midoriya se hallaba bastante nervioso; había conseguido un regalo para Katsuki y tenía pensado entregárselo a la salida y, de una vez por todas, confesarse.

—¡Eh, Bakugou! —exclamó Kirishima acercándose rápidamente hacia el rubio que acababa de entrar por la puerta—. ¡¿Qué te parece si a la salida vamos a un restaurante de comida picante?! Kaminari y yo tenemos que decirte algo...

—Me da igual —sentenció para luego pasar de largo e ir a su sitio.

Pero todos sabían que ese "Me da igual" era un sí. Después de todo, era comida picante.  

—Bakugou —una voz serena llamó la atención de todos y los puso en alerta roja al darse cuenta de quién era.

Todoroki estaba a punto de dar el primer paso.

[...]

No obstante, antes de que Shouto pudiera decir algo más, Aizawa interrumpió rápidamente en clase con cierta información de gran importancia.

—Bakugou, el director quiere verte —aplicó, ignorando por completo cómo le estaba mirando Todoroki en aquel momento.

Sin decir nada y solo chasqueando la lengua, Katsuki se levantó y salió del aula.

"Supongo que tendré que recurrir al plan B." Pensaba el de cabello bicolor, decidido a secuestrar al rubio a la salida.

"Bueno… espero poder confesarme al terminar las clases y entregarle el regalo." Creía Izuku, imaginando la situación y tratando de controlar sus nervios.

"¡Bakugou será nuestro!" Se ilusionaban el pelirrojo y el rubio eléctrico al haber planeado una cena perfecta.

Pero lo que ninguno sabía era que Katsuki no iba a salir del despacho del director. Al menos, no hasta muy tarde.

[...]

—¡Oh, aquí estás! —comentaba el señor cobaya bastante feliz de ver al chico explosivo entrar.

—¿Qué mierda quieres? —inquirió sin interés, hasta que pudo ver a cierto héroe también ahí dentro—. ¿All Might…?

—¡Buenos días, joven Bakugou! —saludó el símbolo de la paz mientras levantaba con ilusión una cajita envuelta por una tela color rosa—. Te he preparado el almuerzo.

Katsuki no supo cómo responder a eso. No entendía absolutamente nada de lo que querían esos dos.

—Vaya, así que ya estamos todos —se pudo oír una voz por detrás, sobresaltando al rubio y haciendo que se pusiera en posición defensiva.

Pero, al ver que solo era la vieja Recovery Girl, le quitó importancia.

—¿Y bien? ¿Qué mierda pasa aquí? —inquirió un poco harto de tanto silencio y tantas miradas.