"El trajo el meteorito, es demasiado poderoso, y quiere más. Quien más puedo ser? Tendré que detenerlo, de alguna manera..." (Pensamientos de Vanessa tras el encuentro con Maquiavelo)
Vanessa Vantablack, era joven estudiante de la ciudad Oczkille...
-Hyaaaaaaaaaaa- gritó un robot con su voz mecanizada al salir corriendo del carguero.
Era un enorme ejército, además, el carguero tenía una pequeña fábrica para seguir construyendo más y más robots.
Los robots salieron a la carga en busca de un objetivo que atacar. El estridente sonido de sus pasos metálicos llamaba demasiado la atención.
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-tu qué crees que sea?- le dijo Shane, posicionado junto a Vane, mirando por la mirilla de su rifle.
-Robots, obvio- contestó ella, mirando por su rifle. Tenían un buen rato observando.
Los rifles de sus dueños eran diferentes entre si. El de Vane era uno conocido como la "Machina", que era muy poderoso, pero muy ruidoso a su vez. Además, la bala tenía 20% de probabilidad de dejar un trazo, delatando su posición.
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El de Shane era lo opuesto. Lo llamaban "el forajido" por ser un arma fabricada en el extranjero. Hacia poco daño y tenía munición limitada, pero colocaba una pequeña bomba con la bala y era completamente silencioso.
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Ambos se habían emocionado al recibir sus armas. Ahora les tocaba probar.
Horas antes les habían anunciado de el posible ataque de los robots.
-Vienen hacia aquí, no sabemos quiénes son o que quieren, pero tienen armas- decía Maquiavelo -pero por ahora, nos toca defender-
Fue sospechoso ver qué Maquiavelo les advirtiera de un ataque. Pasó fugazmente un pensamiento en su cabeza que decía:
Que tal que no es el malo?
Pero luego recordó lo dicho por Shane en su sueño - Maquiavelo no te golpeó fuerte- lo cual ya era sospeshoso. Por qué habría soñado con un buen sujeto?.
Otro fugaz pensamiento paso por su mente:
Que tal que quiere que pensemos que es el bueno?
Sacudió su cabeza y alejó el pensamiento.
Tras haber anunciado el ataque, los trabajadores de Maquiavelo prosiguieron a entregarles sus prendas de batalla.
Eran aquellas batas grises que ella y todos en la nave de su sueño tenían puestas. Más "coincidencias" aún.
Ahora estaban a cubierto en lo que quedaba de un edificio anexado a una pequeña montaña, observando como avanzaban los robots.
-es el momento- dijo Vane.
Cargó su rifle y se preparó para disparar.
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Auro observaba como salían sus robots a la carga. Era el momento de un ataque y sería divertido.
Seguía observando cuando estos empezaron a disparar y unos de ellos fueron atravesados por una bala que dejó trazo.
Uno de los robots se apresuró a señalar el lugar de donde vino. El robot a su lado levantó su lanzacohetes, se preparó, lo cargo y disparó.
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Vane se quedó petrificada al ver que la primera bala que salió del rifle dejó su trazo, delatando su posición. Luego un robot la señaló y otro lanzó un misil directo hacia ella.
-Cuidado!!- grito al mismo tiempo que empujaba a Shane para saltar de la colina.
Eso pudo haber sido un error.
Bajaron rodando a toda velocidad. Cada vez que golpeaban el suelo una luz azul que envolvía sus cuerpos resplandecía.
Al finalmente arribar a la base de la colina tras una difícil bajada, se levantaron agarrándose la cabeza. El violento movimiento les torció el cuello varias veces.
-Estas bien Vane?- dijo Shane tras unos segundos -me asustaste, además, me golpeaste muy fuerte en el estómago- se quejó.
-el rifle dejó su rastro, nos delató y nos dispararon un misil- dijo ella en respuesta, luego se percató de que uno de los aparatos que sobresalían de su brazo Lucía una batería casi desgastada, decidió preguntar- sabes que es esto?-
-Es el medidor de energía del escudo. Eso nos protege de balas y ese tipo de cosas- volteó a mirar a su medidor -la caída los desgaste mucho, pero no te preocupes, se recargan con el tiempo.
Tras esto, ambos se ayudaron a levantarse y prosiguieron a camuflarse con lo que hubiera.
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Auro veía con entusiasmo como la batalla se desarrollaba. Veía como sus robots eran espontáneamente derribados por un tirador oculto. Más tarde observó cómo un pequeño grupo de ellos estallaba en mil pedazos.
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-Cinco fuera- dijo Shane.
-Yo llevo quince- contestó Vane.
Estaban en un pequeño juego de ver quién conseguía derribar más robots para el final del día. Se estaban divirtiendo. Tras un rato de seguir disparando, robot tras robot, dejaron de llegar.
-esto no pudo haber sido todo...-se quejo Shane -apenas llevaba 52...-
-entonces yo gané!- dijo Vane levantándose de su posición -llevo 74 robots!!-
Tras esto pasaron unas 2 horas a la espera de que cualquier robot osara avanzar.
-oye, crees que podría disparar desde aquí al carguero?- preguntó Vane con esta ocurrencia.
-no, tu rifle no tiene la potencia de llegar hasta allá- contestó Shane -pero, estoy desarrollando algo con lo que si llegarías- mencionó con entusiasmo
-hey! Cómo están!- los llamo Sasha llegando cerca de ellos. Portaba consigo una escopeta de energía.
-tengo buenas y malas- dijo Shane en respuesta -las malas son que estoy muriendo de aburrimiento- dijo mientras limpiaba su rifle -las buenas son que sobrevivimos y detuvimos a los robots-
-ha, yo estuve corriendo de aquí para allá buscándolos- dijo Sasha, mostrándose exhausta.
-Veo algo- dijo Vane que no dejo de apuntar en ningún momento -Robots, traen tanques, ve y diles a todos- ordenó.
Los robots regresaron, ataviados esta vez de escudos rojos similares a los de Vane y Shane. Además de esto, traían consigo varios tanques y 3 mecas.
