Verdades

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Rose miró sorprendida a Lisa, no se lo podía creer, aunque a estas alturas ya nada le sorprendía, sabía que todo esto iba a pasar, quizás no así exactamente, pero después de la muerte de esas personas que les solía decir padres las cosas iban a ser así, ¿tenían otra opción? Quizás si, mas sólo está era la más segura, pero ¿cómo iba a ser seguro trabajar para una mafia? No era cualquier mafia, era una de las más peligrosa de toda Asia, pero la manejaba un antiguo amigo de la familia de Lisa... el señor le transmitía confianza.

-Chicas – continuó Hyun – antes de dejarlas sola, quiero decir que yo las cuidaré desde ahora, no se preocupen, no dejaré que nada les falte y muchas gracias Lisa por trabajar con nosotros, y me pueden llamar papá, así me llaman todos – dijo con una pequeña sonrisa

-Gracias – dijeron juntas.

Después de eso papá se fue dejando a las chicas solas, se acostaron a descansar un poco. Ninguna de las dos se atrevía hablar, ya que ni si quiera sabían por dónde comenzar, hasta que Rose, en un acto de "valentía" empezó a hablar.

-Lisa, tengo miedo, pero contigo me siento segura te necesito – luego de eso la abrazó

-Escúchame, no dejaré que nada te pase, porque la verdad es que yo también te necesito.

Las chicas se miraron profundamente, ellas dos se amaban demasiado, nunca dijeron nada ya que ambas tenían miedo de romper su amistad además Lisa no sabía cómo se lo iban a tomar los padres de Rose. Por otro lado, la pelirroja si sabía, temía que la dañarán, por eso prefirió no decir nunca nada. Ellas de alguna u otra forma sabían de su amor cuando se miraron por primera vez, eran unas bebés, estaban echas la una para la otra, eran almas gemelas, pero miedos, inseguridades y otros sentimientos desagradables hicieron que escondieran todo, aunque a medida que iban creciendo se volvía más difícil, pero hoy nada de eso importaba Rose quería a Lisa sólo para ella. Entre tanto pensamiento, Lisa empezó hablar.

-¿Quieres tomar un baño? Te lo puedo preparar.

-Quiero que te bañes conmigo eso si.

Lisa se sonrojó como nunca.

- ¿Por... qué... qué... quieres que... haga... eso... eso? -dijo nerviosa.

-Me siento sucia y necesito que alguien me limpie... quiero que tú me limpies - Dijo susurrando en el oído de la otra.

Rose le tomo la mano guiándola hacia el baño.

-Si quiere no lo hacemos- dijo la pelirroja, al notar a su amiga un poco insegura

-Si lo hacemos, sabes que estaremos cruzando una línea de la cual no podremos volver.

-Lo sé.

Después de que preparan el baño, Lisa y Rose se quitaron la ropa.

-Dios que eres hermosa- dijo Lisa contemplando el cuerpo desnudo de Rose.

-Lisa, te necesito.

Entraron a la tina y Rose se sentó dándole la espalda a Lisa y apoyándose en su cuerpo, por mientras que la otra rodeaba a su "mejor amiga" con sus brazos. Luego Lisa tomo el jabón olor a lavanda y empezó a limpiar a Rose, por mientras que le daba pequeños besos en el cuello, la otra daba gemidos casi inaudibles, se estaban disfrutando una de la otra... no se decían nada, tan sólo se acariciaban.

- Prométeme que nunca me dejarás – dijo para luego darle un beso, su primer beso, el besó comenzó de forma tierna, pero casi de inmediato sus lenguas danzaban al ritmo que ellas sólo entendían, hasta que la falta de aire se hizo presente.

I be the Bonnie and you be my Clyde (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora