Sueños Lúcidos I

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Todo es negro, no veo nada. Siento como que estoy en una gran sala, porque estoy pisando un suelo.

Oigo risas, como la de Sara. Miro hacia la derecha. Hay una ventana sin pared, flotando. De ella le atraviesan unos rayos de luz que iluminan el suelo. Me acerco, mientras acorto la distáncia, la imagen de una niña va apareciendo debajo de la ventana. Parece como si resplandeciera por la luz que sale de esta.

¿Será Sara? Me acerco más y más para poder verle la cara, pero no logro verla. Me pongo delante suyo, le veo las facciones pero no distingo su cara. No se quién es.

-¿Estoy soñando? -le pregunto, sin más-

La niña desaparece y a unos metros mas adelante me veo a mi, delante de un espejo. Llevo tejanos, y una chaqueta marrón. Yo nunca me he vestido así. Entonces el Al que hay delante de mi se mira en un gran espejo de su tamaño, ahora veo a dos Al, el que puedo ver y a su reflejo. Pero cuando Al intenta tocar el espejo, este se rompe, pero el reflejo permanece allí delante suyo. Ahora hay dos Al, se giran para mirarme y, segundos después, desaparecen.

Una gran cadena aparece por encima de mi cabeza, doy unos pasos atrás ara poder observarla mejor. Es enorme, tan grande que me aplastaría si la dejan caer encima mío. Sigo andando hácia atrás, poco a poco. Al mismo tiempo la cadena empieza a tensarse, cada extremo tira hácia el lado contrario al otro y, finalmente, la cadena se rompe por la mitad. Doy un salto y me caigo al suelo, asombrado. Cada extremo de la cadena reposa en el suelo, todo esta en silencio. Decido levantarme y, al ponerme en pie, el suelo empieza a temblar. Las cadenas empiezan a moverse, inquietas, poco a poco empiezan a salir rayos de luz muy intensos de estas que me obligan a taparme los ojos.

Finalmente, cuando noto que ya no me alumbran los intensos rayos de luz, abro los ojos.

Dónde antes estaba una gran cadena, ahora se encuentran dos enormes serpientes que al verse empiezan a pelearse, a muerte. A serpiente que está a mi izquierda evita que la otra le muerda en la cara, y seguidamente ella le devuelve el ataque tumbandola al suelo con un moviemiento de cabeza. El suelo tiemba bruscamente, vuelvo a caer. Me quedo tumbado observando la pelea. Un vez la otra serpiente está en el suelo. La de mi izquierda se pone delante suyo, y después de mirarle a los ojos, abre la boca, y empieza a engullirse la otra serpiente. Empieza a avanzar, tragándose la cabeza sin problemas y poco a poco, el resto de cuerpo que quedaba de la otra serpiente va desapareciendo, hasta que solo queda una.

Ahora solo hay una serpiente, y todo está en silencio. Esta me ve, y me mira. Yo me asusto. Empieza a observarme mientras poco a poco se acerca a mí.

Entonces, me doy cuenta de algo: Todo es un sueño.

La serpiente cada vez avanza más rapido, cada vez está mas cerca. Yo la miro, sin miedo, desafiante. Cuando esta, está a punto de llegar a mi, levanto mi mano derecha apuntando hácia ella, y abro la palma. Al final de su trayecto, la serpiento llega con mucha velocidad a mi, pero al tocar la palma de mi mano, se para en seco. La serpiente me mira, asustada. Y antes de que cualquiera de los dos pueda reaccionar, la serpiente se rompe en pedazos como si fuera de cerámica.

Me incorpro, y observo los trozos del suelo. Me agacho y cojo uno, bastante grande. Lo levanto delante de mi, como si fuera un espejo, observo como mi reflejo va desaparciendo y perdiendo fuerza.

"Todo es un sueño".

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