Vuelvo a estar en la cama, tumbado. Pensar en lo que pasó en esa fiesta me ha dejado hecho polvo. Intento recordar si conocí a Sara esa noche, ni idea.
Me siento mal, muy mal. Necesito saber que pensaba Isma sobre mí en ese momento. Hago grandes esfuerzos para entender su visión mía en aquel momento, pero no puedo. Necesito mas información. Una razón. He de saber cual fué la chispa que encendió ese fuego en su interior, el fuego que ardía en sus ojos cuando le miraba.
Es por la tarde, faltan diez minutos para las cinco. Alguien llama a la puerta. No quiero levantarme de la cama, estoy demasiado débil. Vuelven a llamar, me levanto. Voy en vestido igual que ayer, con mi pijama gris con pantalones azules a cuadros. Llevo todo el fin de semana encerrado en casa así que supongo que es normal.
Al abrir la puerta veo a Sara esperándome en el otro lado, con su sonrisa casi forzada.
-Ui, te veo muy mal. ¿Te encuentras bien? -me dice, preocupada.-
-¿A que has venido? ¿Que quieres? -hablo con desgana, casi sin mirarle a la cara.-
-¿Puedo pasar? Necesito hablar contigo.
-Pasa.
Al girarme para invitarla a entrar me doy cuenta de que tengo la casa hecha un asco. En la mesa del salón aún están las cajas de pizza y las cervezas de ayer. También hay algunas prendad de ropa tiradas para acabar de dar ese ambiente acojedor.
-¿Vives solo? -me pregunta ella mientras cuelga su chaqueta en la entrada-
-Si, tengo veinte años.
-¿Veinte años? -grita asombrada- ¿Y estás en bachillerato?
-Si, hay mucha gente que esta en mi misma situación. -le digo, un poco molesto-
-Bueno... Perdóname. -supongo que habrá notado que me había molestado-
Se sienta en el sofá con delicadeza, yo aprovecho para limpiar y recoger algunas cosas. Me siento a su lado en el sofá con desgana.
-¿Te arrepientes de algo de tu pasado? -me pregunta sin más, me quedo un poco asombrado.
-¿Y esa pregunta tan directa? Si, supongo que algo habré hecho. -hablo extrañado-
-¿Y nunca te has parado a pensar que quizas lo que recuerdas que pasó no es realmente lo que de verdad sucedió?
Se empieza reir, muy flojito. Me mira con malicia, pero cada vez su risa es más fuerte y exagerada.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJA!
Su risa me invade, cada vez es más intensa y molesta. Pero entonces, finalmente se para en seco.
-No todo es como parece Al... -me mira tan fijamente que me duele, se asoma una sonrisita con malicia debajo de su nariz- Ha sido un placer hablar contigo.
Se levanta y se marcha. No puedo creer lo que acaba de pasar. Una extraña sensación de miedo y inseguridad recorre mi cuerpo. En un momento, la situación ha dado un giro muy extraño e irreal, ya es la segunda vez.
¿A que se refería exactamente con eso?
No quiero volver a ver a esa chica.
Me encuentro FATAL.

ESTÁS LEYENDO
Si ella quiere
Ficção AdolescenteAl es el prototipo de chico perfecto y popular en el instituto. Si no fuese por Sara, su vida estaría a punto de tomar un final trágico. A veces, quién menos te lo esperas puede darte grandes lecciones de vida, y ayudarte a ver las cosas desde otra...