Ya es por la tarde, y me encuentro mucho mejor. Justo cuando pienso en llamar a algún amigo para salir, me llama Fran.
Al contestarle me asusto.
-Al, vente ya a la plaza. Tiene pinta de que va a pasar algo, ha venido Isma a hablar con Dani.
-Mierda. -Me limpio la sudor de la frente con la mano- Ya vengo.
Empiezo a vestirme mientras cuelgo el movil, cojo pantalones limpios y una camiseta Nike. Cojo las llaves y corro hacia la puerta de casa.
Una vez estoy en la calle, salgo pitando hacia arriba, dónde a un par de manzanas está la plaza en la que siempre está Dani fumando. Al llegar, veo el gran árbol que hay en el medio del parque rodeado de bancos, y justo allí están Dani y Fran, pero al ver a Isma allí me cabreo. Empiezo a caminar con paso firme hacia él, mientras lo señalo con rabia. Isma se gira y alerta a los démas. Intenta mostrar tranquilidad, pero su postura tensa lo delata.
-¿Qué haces?- me grita mientras lo cojo del cuello de la camiseta negra.
- ¿Porque está aquí? Miro a Dani, que lo observa todo desde el banco. Y despues vuelvo a girarme hacia Isma- ¿Qué estás haciendo?
- Me debe dinero- Me coje de la muñeca para apartar mi mano de su cuello- Solo vengo aquí para que me lo devuelva.
- No es verdad Isma, yo nunca te he pedido nada, ¡nunca le compraría a nadie como tu! -Dani se levanta enfadado mientras levanta un brazo- ¡Vete por dónde has venido idiota!
Dani empuja a Isma y yo lo hecho fuera.
- Espero no volver a verte por aquí, -le grito mientras se marcha-y menos con tus amigos.
Me giro y saludo a Dani. El se me queda mirando como si quisiera pedirme perdón, avergonzado. Es normal, soy mayor que él. Supongo que se sienten un poco intimidados por mí en algunas situaciones.
- No podéis dejar que os intimide este tío. -cruzo los brazos.
- Nos busca, quiere provocar. -dice Fran-
- Sí, pero mira como corre cuendo llega Al - Exclama Dani mientras se levanta y se pone bien la sudadera color veige- ¿Te quedas, Al?
- No, ya me voy para casa.
Me voy, sin decir nada más. No me ha gustado esta situación, quiero olvidarme de todo esto.
Cuando ya estoy en casa me voy directo a la ducha. Me pongo el agua bien fría y dejo que me relaje. Al acabar, me paro a mirarme al espejo, observándome, mientras me analizo... Me quedo tan absorto que empiezo a ver como se me deforma la cara y me pongo triste. Veo a alguien familiar, que no és como yo. Su piel es gris, y se le marcan los huesos de la cara. Sus facciones pierden gracia y se vuelve un ser monótono y desgraciado. Me siento fatal por dentro, vacío. Noto lo que piensa: nada. Me mira con odio, con unos ojos tan penetrantes que me hacen sentirme mal.
Necesito un cambio.
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Si ella quiere
Teen FictionAl es el prototipo de chico perfecto y popular en el instituto. Si no fuese por Sara, su vida estaría a punto de tomar un final trágico. A veces, quién menos te lo esperas puede darte grandes lecciones de vida, y ayudarte a ver las cosas desde otra...