Catarsis

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Deje de hablarte porque habíamos dejado de ser los mismos, más tu que yo, es decir yo seguía siendo ese chico raro, frío, tímido, loco o como quieras llamarme, pero tú...
Tú estabas diferente, ya casi ni conversábamos, las pocas palabras que nos decíamos eran "hola o buenos días" raras veces por la mañana cuando entrábamos al salón de clases.
Un nuevo año representaba nuevas oportunidades, nuevos compañeros, nuevos desafíos, nuevos fracasos y este no era diferente, aunque yo seguiría siendo el mismo, eso lo tenía claro hasta el punto en que entendí que ese no era yo, ya ni siquiera pensaba en mi, sino que en ti primero que nada, deje de lado todo, mis propósitos, mis otras amistades, no estaba a gusto conmigo sin tu aprobación en cada cosa que hacía, me encerré en una burbuja en donde todo era perfecto si estabas conmigo, vaya!, que equivocado que estaba, el problema es que me encariño demasiado con las personas y ese es mi peor defecto, creo que cada quien inventa su propio infierno y yo ya había encontrado el mío.

Éramos tan inseparables el primer año en que nos conocimos, tanto así que las personas hasta pensaban que éramos novios o qué yo estaba enamorado de ti pero ese no era el caso... O bueno, al principio si, pero eso fue mucho antes de conocernos, antes de conversar, antes de regalarnos dibujos, antes de escuchar canciones cada vez que podíamos hacerlo, y antes de enfermarme, ahora que lo pienso bien, recuerdo que no fui a clases por más de una semana y fuiste la primera en interesarte por cómo estaba, llamando a mis padres para preguntar por cómo seguía, aún sabiendo que las únicas palabras que habíamos cruzado fueron cuando te confesé lo que sentía y tú me dijiste que no sentías lo mismo pero que podíamos ser amigos, de cualquier forma por muy comprensiva que haya sido tu respuesta para mi no dejaba de ser una derrota, mi primer fracaso en el amor, desde entonces las personas piensan que deje de ser el mismo, lo que no saben es que todo comenzó cuando me rompí la cabeza, literalmente me la rompí, un día cuando pescaba, es así como un dolor insoportable en mi cabeza se haría parte de mí hasta hoy en día y al entender que las cosas no sucederían como yo siempre deseé.

Mierda! creo que me salí del tema pero bueno, eso también formaba parte de como todo comenzó, en fin, fuimos los mejores amigos ese año, hacíamos todo juntos, exposiciones, tareas, íbamos a la biblioteca, estudiábamos para exámenes, aunque sabes bien que nos resultaba mejor estudiar solos, ya que en vez de estudiar, nos poníamos a hacer cualquier tontería o a reír de cualquier cosa, recuerdo que hablábamos de muchas cosas, en especial de la música, de vez en cuando nos dedicábamos a corear canciones o simplemente a escuchar las melodías, esas voces desgarradas que no te gustaban del todo, porque eras más de canciones alegres y de amor, en cambio yo prefería esas canciones tristes, melancólicas, con furia, y oscuras que se te clavan en cada espacio de tu mente como si tú mismo hubieses escrito las letras, palabras frías para un corazón roto como el mío.

Cada canción nos contaba una historia diferente o quizá era la misma solo que contada desde otro punto de vista, es como si cada nota musical estuviera ahí, para recordarnos el pasado, hacernos vivir el presente o hacernos soñar con el futuro, un futuro lejano en el que alardeábamos con crecer y envejecer siendo los mejores amigos, desarrollando una idea en nuestra cabeza de quienes somos o cómo nos ve la gente, aunque es bastante irónico que a mi edad no sepa quién soy, la última vez (hace algunos meses) que una chica me pregunto quién era, no supe que responder, me quede congelado, simplemente no sé qué o quién soy, solo sé que soy diferente, ambos lo éramos pero encajábamos perfectamente.

Todo comenzó a empeorar, ya no me contabas cosas, ya no reíamos, ya no jugábamos lanzándonos pedacitos de papel o cosas así, ya no eras feliz conmigo, había dejado de importarte, aunque algunas veces me hablabas sé que solo era para tratar de atarme y de alguna forma yo siguiera pensando que todo seguía bien, pero no, no era así, yo sentía esa distancia que se había creado entre nosotros, como si fuésemos dos planetas distintos, muchas veces me hiciste a un lado, recuerdo un día en específico, un día en el que tome una de mis peores decisiones.
Había una pequeña fiesta que se llevaría acabó por la noche, entonces tú me preguntaste si iría, yo negué con la cabeza sin ningún ánimo, mostrándome indiferente pero eras muy necia y no aceptarías un no por respuesta, dijiste que esa noche sería la oportunidad perfecta que necesitábamos para hablar y entendernos tan bien como antes, finalmente accedí a ir, !maldita sea!, creo que esa es tu virtud, puedes hacer que las personas hagan cosas que no quieren, quizá por eso le caías bien a todos, mostrando esa imagen de niña buena, cuando todo en ti estaba más que podrido, tan solo piel y huesos, en fin, pase por tu casa como acordamos, tardaste algunos minutos en salir porque aún no estabas lista, pero no me importo esperar, te veías linda esa noche y ahí estaba yo, el raro junto a la chica que todos amaban pero no me importaba nada de lo que dijeran, yo estaba consiente de que el mundo ve como loco a quien piensa de verdad y juzga todo aquello que no entiende.
Estábamos a unas cuadras más del lugar cuando un grupo de chicos se acercaron a hablarte, saludaste a cada uno de ellos con un abrazo, al observar eso entendí que yo no era especial, no dije nada, solo seguí observando, eran extraños para mí, todo el mundo lo era, de repente vi como entre platica y platica terminaste olvidándote de que yo estaba ahí y me dejaste solo.
Me decepcioné, me di cuenta que fui un ingenuo por pensar que todos merecen una oportunidad, todos los demás quizá si, pero tú... Tú nunca más.
Quise mandar todo a la mierda, y lo hice, pero no del todo porque aún hay una parte de mí que guarda esas cicatrices, fue una noche muy larga, termine no yendo a la fiesta, y estuve caminando un rato mientras escuchaba música, los gritos servían para callar las voces en mi cabeza, después de eso me regresé a casa con la derrota en los hombros y el corazón en llamas, estaba dicho todo, no volvería a mirar atrás y si lo hacía sería tan solo para recordarme hacia donde nunca volver, no quería llenarme de odio pero es un veneno contra el que no se puede luchar, quizá no era el modo correcto de enfrentar las cosas pero dejamos de hablar, yo ya no quería saber nada más de ti y tú aún si, pero esta vez no sería tan fácil que yo volviera a confiar,
no sé porque nos empeñamos en recuperar lo que se ha ido si cuando estaba no nos dimos cuenta del valor que tenía.

Ahora somos solo dos conocidos, a veces me sonríes pero yo finjo que no es a mí y continuó con lo que sea que esté haciendo, es difícil para mí pero es lo que debo hacer, el dolor me recuerda que lo vivido fue real y aunque el tiempo no cure mis heridas, pretendo sanar.

Sueños Convertidos En CancionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora