Aien decidio salir con cautela dando unos pasos pequeños pero temblorosos. Cuando termino de salir del elevador, este sin mas desapareció. Aien al mirar esto y aquello no dejaba de decir "¡Oh!" Cada que miraba a alguna parte diferente. Camino, esta vez mas tranquila, hasta llegar a un escritorio de cristal en el que había un señor, de aproximadamente 60 años de edad. Sobre el escritorio estaba algo que parecía una computadora, ya que solo se veía una pantalla negra donde escribía como si fuera una hoja de papel; daba la impresión de que escribía en el aire. Se acercó y con voz casi inaudible se dirigió al señor diciendo
-Disculpe, ¿sabe dónde estoy?
Pero no le contesto, solo la volteo a ver y siguió haciendo lo que fuera que estuviese haciendo.
-¡Disculpe, Señor!, ¿me puede escuchar?, ¿sabe dónde estoy? – Pregunto nuevamente Aien con una voz más fuerte pero aun temerosa. Tal como lo había hecho la ignoro y siguió con lo suyo.
Ese señor había colmado la paciencia de Aien y ahora, decidida y segura de que le harían caso, tomo aire y grito
-¿¡Sabe donde estoy!?
-¡Ya cállate! Aun no debes saberlo- Por fin le contesto aquel viejo con voz ronca y molesta
Ella, solo se disculpo y dio media vuelta para sentarse justo en frente del escritorio. Estando en el suelo comenzó a pensar en voz alta
-¿Estaré soñando?.Hum, no lo creo, no tengo tan buena imaginación. Pero tal vez, ¿me habrán drogado?. No lo creo, no veo elefantes rosas. ¡Ya se! ¡Me secuestraron los extraterrestres! ¡Eso es!. No, olvídalo, no soy algo que pueden estudiar, tan solo mírate, te falta carne, estas muy delgada. ¡Oh ya se! Tal vez si es eso y me confundieron con un pollo delgadito y van a comerme, Oh no, ahora no por favor.
Aien seguía y seguía sacando conjeturas, hasta que llego un joven. Lo miro con asombro y analizando cada parte de él.
-¿Eres acaso una acosadora? ¿Por qué me miras así? ¿Piensas robarme? – Le dijo aquel joven acercándose a ella
Aien solo podía pestañear, lo miro una vez más pero no pudo hablar. Al tenerlo tan cerca es como si su voz hubiera desaparecido. Abrió su boca tratando de hablar pero solo le salían letras "ai, o, no", como si estuviera diciendo las vocales.
-Muy bien acosadora Ai o no - El joven se empezó a reir, se aproximó a ella y le froto la cabeza – mejor salgamos un día
Aien se sonrojo mientras se veía una pequeña sonrisa en su rostro. El joven le sonrió antes de dejarla para ir hacia una puerta que apareció de la nada. Inconscientemente, Aien corrió pero se detuvo al escuchar que le gritaban
-¿A dónde cree que va señorita, Aien? Perdone por la demora pero no podía llegar - Volteo hacia donde había oído aquella voz y vio a un señor muy elegante – Permítame presentarme, soy el señor Jhon.
Créditos: Naty Durán @NatyDuranS