Él tomó su mano y no dijo palabra. Besó su frente y no pudo contener su sonrisa por más tiempo. Esa sonrisa de oreja a oreja que sólo es provocada cuando la felicidad es plena y el corazón está lleno. Cuando la desdicha se vuelve rocío y desaparece con el calor del sol.Por dentro recordaba.
Recordaba cuando la madre de Olivia lo llamó desesperada al no encontrarla en su habitación, en esa noche fría y oscura.
Recordaba cómo su corazón se estrujó y sangró de dolor al escucharla decir que estaba grave y que tal vez no viviría, por su culpa.
La angustia que sintió cuando la mujer le dijo que se alejara, porque le hacía daño. Porque la había condenado a una agonía lenta y dolorosa. Porque la había destruido en mil y un pedazos y no había manera de volver a armarla otra vez.
Recordaba cómo había hecho hasta lo imposible para ingresar a su habitación y verla. Cómo se había escabullido entre las personas del hospital para poder cada noche tocar su mano y recitarle sus poemas favoritos, y oler su pelo, y sentir su compañía, y besar sus labios por cortos segundos con la esperanza de poder volverse el príncipe que despertara a la bella durmiente, aunque sabía que eso era casi imposible.
Recordaba cuando la había vuelto a ver después de mucho tiempo...
Después de ir a Loumy's -como era habitual cada tarde- fue a ver a Alison, su compañera de trabajo, a la cual debía entregarle unos papeles importantes -Su renuncia. Vió a Olivia bajar de un auto y quedarse inmóvil en la puerta de su casa sin saber que hacer.
-Disculpa, ¿Sabes si Alison vive aquí? - preguntó, aunque sabía perfectamente que ella no vivía allí.
Olivia había temblado al escucharlo y había entrado a su casa sin siquiera mirar atrás. A pesar de eso, Andrew estuvo feliz con el simple hecho de saber que ella estaba bien, sin él.
Después de ese día creyó que ya no volvería a verla nunca más, o que al menos no debía hacerlo, pues eso era lo que les había prometido sus padres. Pero por esas cosas del destino la vió otra vez, en aquella fiesta en la que había bailado con una chica un poco extraña, que lo había tomado de improvisto.
Ese noche en la que sus ojos se encontraron después de tanto tiempo, ese momento en el que tomó valor para escribirle esa nota, decidido a romper su promesa.
Cuando la llevó al lugar que habían construido juntos aquel otoño, y el que él volvía a construir cada vez que era destruido por la lluvia o el viento. Lo armaba una y otra vez, con la esperanza de que volvieran a ir allí algún día. Sentía que al armarlo renovaba sus recuerdos, conservaba así lo que había sido su tiempo juntos.
Las hojas secas de colores variados y el tapete que había bordado con sus propias manos. Al tocarlos sentía que la sentía a ella, que podía sentirla cerca suyo, porque ese lugar era como ella, era su hogar...
Recordaba, porque recordar es volver a vivir, y estaba seguro que el momento que estaba viviendo lo recordaría también, y sería de esos recuerdos que querría revivir una y otra vez.
Su historia con Olivia, su querida Olivia...
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OLIVIA
Short StoryY al abrir los ojos su pequeño mundo ficticio se derrumbó... [Segunda Parte de "Dear Olivia"]