Capítulo 7
Pasó una semana del suceso del cine, Florence dejó de hablarme, sin dar explicaciones, sólo se alejó. Estuve sola durante toda la semana, sin tener explicaciones.
El sábado me levante tarde, lo primero que hice fue mirar mi teléfono, tenía 15 llamadas perdidas de Cedric. No había escuchado el teléfono ya que lo tenía en silencio. Rápidamente decidí llamarlo, y una voz apagada me atendió del otro lado de la línea.
-¿Billie?
-Sí. ¿Está todo bien?
-No. Es Florence.
-¿Qué pasó?
-Estoy en el hospital del centro, ¿puedes venir?
-Sí. Enseguida estoy ahí.
Cedric cortó y yo agarre rápido una sudadera azul, jeans y me calcé unas converse. Salí de mi habitación y bajé rápido la escalera. Quería pedirle a mamá que me llevara, pero no había nadie en casa. Le dejé una nota a mamá en el desayunador: Pasó algo con Florence, vuelvo más tarde. Tuve que optar por ir a pedirle a William que me llevara. Llamé a la puerta y abrió Roger.
-¡Billie, hola!
-Hola, Sr. Morrison. ¿Está William?
-Sí, enseguida baja. ¡William! –Gritó y enseguida apareció William en las escaleras.
-Hey, Billie. ¿Todo bien?
-¿No tienes nada que hacer?
-No.
-Bien. Pasó algo con Florence. Está en el hospital. No hay nadie en casa, por ende, no sé cómo ir. Me preguntaba si no tendrías problema en llevarme.
-Claro, no hay problema.-Entró rápido a su casa, tomó un abrigo y un casco. Luego, cerró la puerta detrás de él, y subió a la Harley. Me hizo una seña con la mano para que subiera, y yo lo hice. Me pasó su casco y me lo puse. Luego, apoyé mis manos en la parte de atrás de la moto, pero William agarró mis brazos y rodeó su cintura con ellos.
-No quiero que te caigas, Maní.
A los veinte minutos, estacionó en el aparcamiento del hospital.
-Te espero aquí afuera.
-Gracias por traerme, William.
-No es nada.
-En serio, gracias.
Entré por la puerta principal del hospital, y encontré a Cedric sentado en la sala de espera.
-Cedric, hola. ¿Qué ha pasado?
Los ojos de Cedric parecían hinchados y rojos. Supuse que había estado llorando.
-Intentó suicidarse.
Me quedé perpleja, helada, no sabía que decir.
-Tomó 35 pastillas, pero su hermana llegó a tiempo, le hicieron un lavado de estómago.
-¿Puedo verla?
-Sí. Está en la habitación 14.
-Gracias, Ced.
Abracé a Cedric, quien no dejaba de llorar, y luego fui a la habitación donde se encontraba Florence, una enfermera estaba sentada leyendo una revista dentro de la habitación.
-¿Puedo pasar? –Le pregunté.
-Claro. Está anestesiada, despertará en unos minutos. –Cambió no sé qué cosa de los cables a los que Florence estaba conectada, y se marchó, cerrando la puerta detrás de ella. Me senté al lado de Flo, y me quedé observándola un rato.
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Billie
Teen FictionDos adolescentes emprenden una aventura llena de risas y romance para completar la lista de ''deseos de antes de morir'' de una enferma terminal.