- ¡¡Estoy harta de ti y de ese maldito hospital!!- el grito de la chica fue tan potente que se escuchó en los departamentos contiguos. Los sonidos de las cosas cayéndose o rompiéndose contra alguna de las paredes no tardaron en aparecer entremezclándose con los furiosos gritos de la chica; hasta cierto punto los vecinos sentían lástima por el joven muchacho receptor de tal reprimenda pero, hasta donde habían escuchado, era enteramente su culpa- ¡¡Todos son más importantes para ti!! ¡¿Cuándo voy a tener un poco de tu atención?!
- Te lo he dicho miles de veces antes Bonney- la voz del joven era más calmada, por lo que apenas y se escuchaba tras las paredes- no hay nada ni nadie más importante que mi trabajo
- ¡¡Si va a ser así entonces no quiero tener nada que ver contigo de nuevo!!- la puerta del departamento se abrió de golpe, haciendo que los vecinos se asomaran a ver- ¡¡No quiero volver a verte Trafalgar Law!!- fue el último grito de la bella pero enfadada pelirrosa antes de bajar a toda prisa las escaleras del edificio.
De aquel departamento también salió el dueño del mismo. Un joven de unos veintitantos vestido con sudadera negra y pantalones de mezclilla bajo esa bata blanca que solía llevar a causa de su trabajo como médico interno en un hospital. Muchos concordaban que era un chico atractivo de piel tostaba y cabello negro, cuyas ojeras pronunciadas le daban un cierto aire misterioso y hasta encantador; pero todo ese encanto se perdía por su intimidante mirada, y los vecinos lo comprobaron en cuanto se giró a verles. Todas las puertas se cerraron y el edificio departamental volvió a quedar en silencio, como si nada hubiese pasado.
Law soltó un suspiro al aire y regresó a su departamento también; si esa loca mujer esperaba que fuera tras ella después del desorden que hizo en su habitación y de los golpes que le dio sin remordimiento alguno, estaba muy equivocada.
************************
La mañana siguiente transcurrió normal para el joven aspirante a médico Trafalgar Law, con la excepción de las miradas indiscretas de sus compañeros del campus; parecía como si no hubiesen visto a nadie golpeado o algo así. Pero era fácil para el moreno ignorarlos puesto que jamás le importó lo que los demás pensaran de él... aunque su paz se vio interrumpida cuando uno de sus compañeros de clase se topó de frente con él y comenzó a reírse a carcajada limpia
- ¡jajajaja, Law luces horrible!- se mofó sin pena su amigo, Shachi era de las personas que no se guardaban nada- déjame adivinar, ¿te abandonaron de nuevo?
- esa mujer está desquiciada, no me convenía una relación así. Y en lo que a mí concierne, no volveré a tener una pareja en mi vida- ya estaba resignado a morir solo y en realidad no le importaba; eran las consecuencias por seguir los pasos de sus padres. Un médico era alguien que había preferido la vida ajena que la propia- una pareja no es necesaria
- suenas como todo un anciano- el pelinaranja se colgó a la espalda del moreno mientras éste comenzaba a caminar, dejando que sus pies arrastraran en el suelo- me das envidia, ¿sabes? Hay tantas chicas hermosas detrás de ti y yo no he podido conseguir una cita en meses- se quejaba con pesadez, aunque pronto una sonrisa se dibujó en su rostro- si no estás buscando una relación seria, yo puedo darte una solución
- no voy a ir con una prostituta
- eso no idiota. Digo que... si en verdad estás cansado de chicas quejumbrosas y mimadas, puedes tomar otras opciones- se bajó de su espalda sólo para encarar al moreno y darle una pequeña tarjeta que había sacado de su cartera. En aquella tarjeta color negro había sólo una cosa escrita en blanco, un grupo de números que parecían formar un código telefónico- si estás harto de las chicas marca este número, puede que te divierta - el pelinaranja le guiñó el ojo y después se fue por un camino distinto, despidiéndose del moreno con un ademán.
ESTÁS LEYENDO
Hotline [LawAce]
Fanfic"Si estás harto de las chicas marca este número, puede que te divierta" Todo comenzó con una llamada por curiosidad tras recibir aquel número telefónico de su amigo, hasta que, sin darse cuenta, esa voz juguetona se volvió una obsesión para Law. ...