Por favor, no me confunda.

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Siento como si no tuviera mis pies puestos en el suelo, cada vez que recuerdo los besos de Kunikida-san mi cuerpo entero se estremece. Agacho mi cuerpo y afirmó mis manos en el mesón, esto de seguro me volverá loca.

-¿Qué haces?

Subo mi cabeza y veo a Naomi.

-Na-Naomi. -digo enderezando mi cuerpo.
-¿Te ocurre algo?
-No, estoy bien.
-Ah, bueno.
-Esto -tomo mi bolso que está sobre la mesa. -Naomi ¿podrías terminar el trabajo por mi?
-¿Eh?
-Me siento un poco mal y... ¿puedes?
-Dijiste que estabas bien.
-Si pero..
-Está bien.
-No hay mucho que ha-hacer solo... ya sabes... ordenar.
-¿Ocurrió algo? ¿porqué estás tan nerviosa?
-No ocurrió nada.

Me apuro a salir de la oficina, aunque intente de ocultar lo sucedido me es muy difícil.

-Nos vemos mañana. -digo agitando mi mano para despedirme de Naomi.
-Claro, ve con cuidado.
-Si.

Avanzó hasta la puerta de entrada para salir luego de ahí, abro la puerta y apuro mis pasos hasta la salida del edificio.
Y para mi mala suerte o mi fortuna, Kunikida-san viene entrando al edificio.

Él sube su mirada, yo estoy a un par de escalones de él, cierra la puerta y comienza a subir los escalones con sus manos en sus bolsillos.

-Ve con cuidado a casa. -dice pasando por mi lado.

Me doy media vuelta y le observo desde atrás. ¿Qué fue eso? ¿por qué tanta frialdad de un momento a otro?

-Kunik-
-Kunikida-san ¿por qué me dejas atrás?

La voz de Dazai-san aparece por la entrada y detiene las mías.

-Ah ¿interrumpí algo? -dice Dazai-san.

Kunikida-san sigue subiendo y llega hasta el ascensor sin reprender a Dazai-san por lo que acaba de decir como normalmente lo haría.

-No, no interrumpió nada, Dazai-san. -digo dándome la vuelta y siguiendo con mi camino hacia la salida.
-Sólo espera un poco.

Dazai-san sujeta mi brazo y dice esas palabras.

-¿Qué? -digo.
-Deja que ordené sus ideas, ya sabes como es.
-N-no se a que se refiere.
-¿Le preguntamos a él si sabe a que me refiero?
-Da... zai-san.
-Ven conmigo.

Salimos juntos del edificio y nos quedamos en la entrada.

-¿Qué piensas de Kunikida-san? -dice sonriendo.
-Yo.. él es..
-¿Un buen hombre, responsable, un poco amargado pero finalmente una persona en la que puedes confiar?
-Ah.. si.
-Entonces cambiaré la pregunta, creo que la he planteado mal.

Su mirada se pone en mi, Dazai-san a veces da un poco de miedo.

-¿Qué sientes tú por Kunikida-san?
-¿Q-qué si-siento?
-Si.

Miro a mi lado y trago saliva, no sé cómo responder a una pregunta tan directa como ésta y menos aún si quien la hace es Dazai-san.

-¿Y bien? -dice.
-Ad-Admiración, creo. -digo en voz baja.
-Así que así le vas a llamar, eh.
-...
-Ve a casa.
-¿Eh?
-Kunikida-san se enojara si no termino mi reporte, así que iré dentro, tú ve a casa.

Abre la puerta del edificio y entra dejando asomada su cabeza.

-Tienes todo mi apoyo, ...(N)-chan.
-¿Qué?

Cierra la puerta y yo no logro mover ni un músculo con lo que dijo, poco a poco la vergüenza sube a mi rostro, estoy segura de que mis mejillas estar coloradas por ello. Respiro profundo e intento tranquilizar mis latidos. Dazai-san es alguien a quien nunca terminas de conocer.

Idealizame. [Kunikida Doppo x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora