Idealizame. [Kunikida Doppo x Tú]

Extra: Bajo tus alas.

-Sigo insistiendo en que será cansador para usted viajar todos los días a la ciudad por su trabajo. -digo regando unas flores.
-He dicho que no me causa problema.
-*suspiro* Está bien.
-Y también he dicho que dejes de tratarme como si aún fuese tu superior, muchacha.
-Trabajo en eso Kunikida.

Han pasado tres meses desde que nuevamente Kunikida llegó a mi, y desde mañana comenzaremos a vivir juntos. Desde hace un tiempo se ha quedado noches aquí, durmiendo conmigo pero a pesar de eso aún no he estado con él íntimamente, me ha dicho que me tome mi tiempo pero últimamente he deseado estar con él como debe ser más que nunca.

-Me agradan esas flores. -dice parado detrás mio y poniendo sus manos en mis hombros.
-Mi madre las planto aquí cuando llegué, la tierra es muy buena.
-¿Como se llaman?
-Orquidias, son las que más me agradan.
-¿Tienen algún significado? -se agacha a mi lado para tocarlas.
-No lo sé.
-Las orquidias rosas simbolizan el amor entre dos personas.
-Vaya, no lo sabía.
-Además -saca una y se levanta. -son una declaración de amor hecha flor.
-Eso es lindo.
-Lo es. -susurra.

Me la ofrece, parándose frente a mi y yo la tomo después de cortar el agua dejando la manguera a un lado.

-Gracias. -digo.
-Te amo.
-También lo amo.
-Espera.

Toma la flor de mi mano y la pone sobre mi oreja, dejando mi cabello por detrás de ella.

-Hermosa. -dice mirándome.
-No sabía que te interesaba el significado de las flores.
-No son mi pasatiempo pero fue interesante saber algo de eso.

Pongo mis manos en su pecho.

-¿Te irás ésta noche? -digo.
-¿Que dices tú?
-Quedate.
-Me quedo.

Toma mi rostro entre sus manos y lo acerca al suyo para besarme, deslizo mis manos hacia su espalda y apreto mi cuerpo contra el de él. Sus manos ahora se pasean por mis caderas, lo deseo tanto que el cosquilleo por mi espalda se hace más intenso cada centímetro que avanza por mi cuerpo.

-Kuni.. kida.. -susurro.
-Vamos a dentro.

Entramos a casa, quito mis zapatos y el también, mientras me besa camina junto a mi hasta el sillón que está en la sala, caemos en él, se quita sus lentes y los deja en el suelo, yo me aferro fuertemente de su espalda, todo su peso está sobre mi, puedo sentir sus reacciones cada vez que enredo mis dedos entre su cabello o acaricio con mi pie la parte detrás de su muslo. Separa su boca de la mía y besa mi cuello, su respiración cálida moja mi mentón.

-¿Vamos a la habitación? -dice.
-No, no, aquí está bien.

Saca mi playera y yo saco su camisa, el calor de su piel y el mío están nuevamente juntos. Derrepente escucho una risa desde a fuera, Kunikida también la escucha porque se detiene y se queda quieto.

-¿Eso fue una risa? -digo.
-Es Naomi-chan.
-¿Que?

Alzo mi cuerpo y veo por la ventana que está tras el sillón, y si, como ha dicho él es Naomi junto con Dazai-san.

-¿Ese es... -digo.
-Dazai.

Tomo mi playera y vuelvo a colocarmela, Kunikida abrocha su camisa y se coloca sus lentes, amarra nuevamente su cabello para que se vea ordenado, escucho como tocan a la puerta y voy hacia ella.

-Ese idiota. -susurra Kunikida.
-De seguro vienen por ti.
-Podrían haber llamado.
-Quizás lo hicieron.

Él saca su teléfono de su bolsillo y lo mira.

-Lo hicieron. -dice.
-¿Ves?

Abro la puerta y los dos sonríen al verme, Naomi me abraza y yo recibo su abrazo.