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28 de Octubre.

Harry y Violeta han estado juntos desde que se enteraron de aquello, sin embargo, ninguno de los dos parecer querer iniciar el tema. Violeta, por su parte, había estado callada los dos días anteriores, si acaso, solo asentía, negaba o se encogía de hombros. Harry había estado teniendo pequeños ataques de ansiedad, sufría alucinaciones y escalofríos.

En uno de sus ataques, atacó la pared a golpes, magullandose los nudillos.

-Está pasando de nuevo.- Harry entró en la habitación.

Sus ojos se volvían negros de vez en cuando, y aterraba a Violeta, pues normalmente, Harry sufría un ataque o alucinación unos minutos después.

Ella suspiró.

-Violeta...- se acercó a ella y se dejó caer a su lado. La chica inhaló un suspiro entrecortado y Harry tomó su mano. -Por favor, háblame. Me siento como si no estuvieras aquí, hace que me sienta solo. Y extraño oír tu voz.

Vi dejó ir una lágrima, jamás se había sentido tan asustada y angustiada. Saber que estás muerta, que tus familiares están llorándole a un cadavér, el cual se supone eres tu, mientras que sigues consciente, y estás en otro lugar, pensando ¿Qué diablos? Preguntándote dónde estás y cómo es posible que seas capaz de seguir pisando la tierra si supuestamente estás muerta.

La chica comenzó a llorar más fuerte y Harry la atrajo a sus brazos. Violeta recargó su cabeza en su pecho, ¿Por qué el corazón de Harry estaba latiendo? Harry dejó descansar su barbilla en su cabeza por unos segundos antes de que Violeta se apartára bruscamente.

-¿Qué te pasa?- confundido, él le pregunto.

Violeta tomó su mano y la llevó a su pecho.

-¿Puedes sentir mi corazón? - preguntó, agitada.

Harry se extrañó, sin embargo, no sintió nada. Él negó. Violeta frunció el ceño.

-Acercate, tiene que estar allí.- su angustia era clara, Harry no sabía por qué estaba actuando así. Lo jaló hacia ella, esta vez, Harry puso su oreja en el pecho de Violeta.

No entendía qué pretendía con eso.

-No escucho nada, Vi. Tu corazón no está latiendo.- dijo.

Violeta lo apretó más a ella, Harry la sujetó de la cintura.

-¡Escucha bien!- estaba paranoica.

-Violeta, cuando te pedí que me hablaras no me refería a que actuaras como una loca.- intentó apartarse de ella pero Violeta lo abrazó y no lo dejó escapar.

-Tu corazón sí está latiendo. ¿Por qué tu corazón late y el mío no?

Harry suspiró, no sabiendo la respuesta.

29 de Octubre.

Violeta le había dicho a Harry que quería ir a su casa, extrañaba su dije, lo necesitaba, sobre todo porque quería sentir a su hermana cerca de ella. Harry quiso acompañarla, pero Vi se negó. Quería ir sola, así que se armó de valor y salió a las calles.

El departamento de Harry no estaba lejos de su casa, así que llegó pronto.

Ojala no se le hubiera ocurrido nunca. Apenas se acercó, notó la cantidad de autos, y una que otra persona afuera de su casa.

Aún así se aventuró a entrar, aún sabiendo que eso podría ser un error. Encontrándose con familiares en casa, no le pasó desapercibida la elegante caja de madera en el centro de la sala. Por curiosa se acercó, pero por miedo se alejó corriendo. Subió las escaleras y entró a su cuarto. Tenía ganas de llorar, y así lo hizo. Se deslizó con la espalda en la puerta y cayó al suelo mientras sollozaba. Ahora quería irse, lo mejor sería volver con Harry.

Se levantó y se propuso a encontrar su dije e irse. Revolvió sus cosas, sin éxito, el dije no estaba en ningún lado y empezaba a hacerse tarde, Harry iba a preocuparse. Desesperada, bajó. Su dije no estaba.

Miró su ataúd, le perturbaba saber que ella estaba allí dentro. Le recorrió un escalofrío y se acercó al ataúd de nuevo, esta vez, con valor. Pudo verse. Ella estaba ahí, o, su cuerpo. Llevaba el cabello rubio, probablemente su madre había pedido que le quitaran el color azul a su cabello, vestía de blanco, un vestido, al parecer. Algo que ella nunca se pondría, algo que eligió su madre. Sin embargo, algo brillante en su cuello atrajo su atención. ¡El dije! El dije de estrella, ese que una vez le regaló a su pequeña hermanita, estaba en su cuello, dentro del ataúd.

Ansiosa, intentó obtenerlo, no pudo. No había manera de tomarlo, si es que podía tomarlo. Para empezar, si alguien veía el objeto levitar, causaría pánico.

En una tormenta de emocioned, Violeta huyó, no podía soportarlo más, pudo ver a su madre destrozada. Una vez más, la podía ver igual que aquella tarde. Cuando Alelí, su pequeña hermanita, murió por su culpa. Volvío a sentir en el pecho ese frío, primero le arranca a su hija menor, y después ella la deja. -Lo siento, mamá.- susurró antes de salir.

Vi caminó de regreso, cuando en un segundo sintió un extraño y repentino frío. Violeta sobó sus brazos, y comenzó a sentirse incómoda, de pronto... se sentía observada. Violeta giró la cabeza para observar tras de ella. Una criatura que se trasladaba en una especie de humo negro, se aproximaba velozmente hacia ella. Con un chillido de angustia, la chica corrió sintiéndose amenazada por la criatura, sintiéndola, cada vez más cerca, empezó a temer mucho, tanto que sus piernas empezaban a fallar.

-Solo una maldita calle más.- se dijo a sí misma. Corrió tanto como sus piernas le permitieron, cuando un fuerte y escalofriante gruñido se escuchó muy cerca de ella. Violeta gritó, angustiada.

Subió dos pisos hasta el departamento de Harry y tocó la puerta con fuerza.

-¡HARRY! ¡HARRY!- golpeó mientras gritaba. Podía escuchar a la criatura acercarse, era un sonido espeluznante, como un gruñido espectral y angustiante, casi como un grito de agonía.

-¡Harry!- sollozó, temiendo.

La puerta se abrió y Violeta calló al frente, siendo sujetada por Harry. La chica reaccionó de inmediato cerrando la puerta de golpe, y escondiéndose agitada en los brazos del chico.

-¡¿Violeta?! ¿Qué sucede, estás bien?- preocupado, le pregunta.

-Harry, había algo, estaba... eso... - sollozó asustada. -Algo me estaba persiguiendo... Harry, algo me persiguió estoy muy asustada.

-¿De qué hablas?¿Qué te estaba persiguiendo? Violeta, cálmate.

-Era una... una sombra, tenía grandes dientes... estaba detrás de mí. Iba a atraparme, me quería hacer daño...- tembló.

Harry la abrazó con fuerza.

-Tranquila. Ya pasó, estás aquí conmigo, y yo no voy a dejar que eso te haga daño.

Violeta se negó a salir de nuevo. La imagen de ella en un ataud la había perturbado bastante, y la criatura que la seguía la tenía lo suficiente asustada como para asomarse fuera. En cuanto a Harry, su padre hizo una visita al departamento, y así, mientras el hombre revisaba con nostalgia algunas pertenencias de su hijo, Harry lo observaba desde el marco de la puerta.

-Vi, tengo algo que decirte.- susurró.

La chica levantó la cabeza para observarlo, espereró a que Harry hablara.

Él suspiró, ¿Cómo decirlo? -Verás, Vi. Mi padre hizo una visita al departamento hoy.- Violeta se acomodó, para prestarle más atención. -Y... me enteré de algo. ¿Recuerdas que me preguntaste por qué mi corazón latía?- la chica asintió y el continuó. -No estoy muerto, Violeta. Estoy en el hospital, conectado a unos aparatos que mantienen mi corazón latiendo. Estoy en coma, Violeta.

Ella sonrío y suspiró con amargura. -Yo presencié mi funeral.- se entristeció.

Harry hizo una mueca. -Lo siento.- la atrajo a él y dejó un beso en su frente.

Harry no está muerto. Se dijo a sí misma.

R I ✝ U A L (Halloween 2017) -H.S. A.U.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora