CAPÍTULO V: PAREDES BLANCAS

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La camioneta se alejó por una carretera solitaria, Bucky llevaba las manos atadas a la espalda y la cara le escocía

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La camioneta se alejó por una carretera solitaria, Bucky llevaba las manos atadas a la espalda y la cara le escocía. Tenía la boca seca por el coraje contenido y el sentimiento de derrota. Su cabeza estaba a punto de estallar, debido a los golpes recibidos, pero se mantenía fuerte y sin mostrar rastro de lo que sentía. ¡No quería mostrarse derrotado delante de esa gente! Aún no estaba derrotado, sólo había sido una treta de él para ir a Nueva York y buscar a Lyna. Necesitaba verla, estar de nuevo con ella y esta vez no la abandonaría. Estaba dispuesto a forjar un nuevo comienzo, tener una vida más o menos normal y digna, como cualquier otro ser humano libre.

-¿Por qué tan callado, soldado? – pregunto el agente Reed - ¿Acaso tiene miedo de que le borren de nuevo la memoria?

-¡Quiero agua! – exigió Barnes sin responder a las preguntas del agente - ¡Dame de beber un poco de agua, idiota!

-Denle agua a este hombre – respondió el agente de HYDRA – Hay que tratarlo bien, no queremos que muera o le pase otra cosa. Yo no quiero recibir un castigo por parte de Herr Schaub.

Un par de hombres se acercaron hasta James y le dieron a beber agua de una cantimplora. Él sólo tomó un par de sorbos y continuó inmerso en sus pensamientos. Los tres agentes que lo custodiaban comenzaron a jugar damas chinas y apostaban dólares, ¡parecía que se habían olvidado de él! De pronto la camioneta se detuvo y uno de los hombres bajó para ver qué era lo que sucedía. Un rato después regresó, llevando bandejas con comida.

-El Winter Soldier debe comer – exclamó Reed – No quiero que se muera de hambre.

-¡No quiero! – gritó Bucky y el cañón de una pistola apuntó a su cabeza.

-Come o te hago comer – gritó el agente – Yo estoy cooperando y tú debes cooperar.

-¡No puedes obligarme, no puedes lastimarme! – respondió James – Escuché lo que dijiste, Herr Schaub me quiere vivo e ileso y no te voy a dar ese gusto.

-¡Cómo quieras! – gritó Reed – Pero esta misma noche volamos a Nueva York, nos está esperando una nave muy cerca de aquí.

-¿En dónde? – preguntó Bucky esperando tener una respuesta sobre su ubicación.

-¡No te incumbe! – respondió el agente de HYDRA dándole la espalda e ignorándolo.

Continuaron con ese viaje que duró varias horas, James lo único que exigía era beber agua, pero no quiso probar ningún bocado. De nuevo la camioneta se detuvo y Reed tomó una bolsa de tela en color negro, se acercó hasta el soldado y le cubrió la cabeza. Los otros dos agentes le ayudaron a levantarse y lo condujeron hasta la nave que los llevaría a Nueva York. Lo sentaron en una especie de cápsula y ahí lo encerraron para que no pudiera escapar de sus manos. James sintió como la nave alzaba el vuelo, cerró los ojos y pensó en Lyna, encontraría la forma de escapar de esos tipos. No iba a darles el gusto de que le borraran de nuevo sus recuerdos. ¡No lo llevarían ante Herr Schaub!

STOCKHOLM SYNDROME (SEGUNDA TEMPORADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora