Él buscará la manera de encontrarla y volver a reunirse con ella a pesar de todos los obstáculos que se le atreviesen en el camino. Él desea volver a verla, volver a sentirla, estrecharla entre sus brazos y tener su calor. No dejarla ir, permanecer...
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Tras haber hablado con Steve Rogers y Clint Barton, Lyna se llenó de dudas y temores. Teme por la vida de Bucky y tiene miedo de no volver a verlo jamás. Hay muchos obstáculos que impedirán que el cumpla su promesa, principalmente el hecho de que es un fugitivo y hay gente detrás de él persiguiéndolo. Para empezar, su gran amigo Tony Stark, él desea encontrar al Soldado del Invierno y encerrarlo en la prisión de la Bóveda. Lyna no tiene idea sobre ese lugar, pero se imagina que ahí están encerrados los peores villanos que existen en el planeta. ¡Bucky no es un villano! Desgraciadamente cayó en las manos equivocadas, quienes lo usaron a su antojo y lo dejaron marcado.
Por otro lado se encuentra la organización de HYDRA, ellos han hecho cosas terribles con James. Lyna analiza cada situación y si Tony lo encontrara al menos lo pondría en un lugar seguro, pero si HYDRA lo encuentra antes, entonces las cosas tomarían otro rumbo y James volvería a ser el Soldado del Invierno. HYDRA lo usaría a su antojo, borrarían sus recuerdos, lo torturarían y él cometería atrocidades. ¡James se encontraba en una situación difícil! Y aunque él le haya hecho una promesa, con tantos enemigos detrás, será imposible que esta pueda cumplirse.
Lyna suspiró y se dejó caer sobre el blando colchón de su cama, buscó en el cajón de su buró esa flor amarilla que James le dejó como prueba de su amor. La apretó contra su pecho y comienzó a llorar. ¿Qué puede hacer ella para ayudarlo? ¡Sí tan solo se hubiera quedado a su lado! Ella hubiera podido convencer a Tony de que le diera una oportunidad, que lo enviara a rehabilitación y que se le tratara como a uno más. ¡Pero las cosas no fueron así! Él prefirió alejarse con el pretexto de que a su lado ella corría peligro, que tendría un cruel destino si permanecía con él. Pero a pesar de todo eso, le prometió que la encontraría, en esta vida o quizá en otra.
Lyna escondió su rostro en la almohada y lloró con más fuerza, al menos así ahogaría su llanto y su padre no la escucharía. Estaba cansada de su comprensión y de todas esas muestras de afecto que en ocasiones le enfermaban. Se estaba cansando de toda esa falsa compasión, ¡nadie entendía su situación! Sólo se acercaban a ella para decirle palabras de afecto y que contaba con ellos para todo. Pero si supieran la verdad, iban a tacharla como una loca, una enferma que se aferraba a un amor imposible. Que se aferraba a un ser monstruoso que sólo le causaría sufrimiento.
La chica continuó llorando por un rato más, aunque intentaba ser fuerte no podía serlo. Se quebraba cuando los recuerdos regresaban a su mente. Suspiró al recordar su cuerpo junto al de James, fundidos en un fuerte abrazo. Se estremeció al recordar cómo sus dedos tocaban su piel desnuda y cómo él llegó a poseerla con esa impetuosa fuerza, con ese poder tan característico de él. Ella era suya y eso nadie podía contradecirlo, ¡sería suya para siempre!
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Un par de semanas después de que Tony y Pepper visitaron a Lyna, Pepper interroga a Tony respecto a la salud de su amiga. La pelirroja la había notado decaída y muy triste, sin embargo, también había visto un atisbo de esperanza en la mujer.
