Magnus era un efecto impredecible. Se era bien sabido que si lanzas un objeto desde una gran altura cambiaba su curso. Mientras que, Bane era la perdición o un calvario.
Así fue bautizado el inmortal, como un efecto inexplicable de la perdición, una cruz que debía cargar buscando la felicidad durante el resto de la existencia del mundo. El dolor formaba parte de su vida y lo hacían cruel incluso en el amor.
Pero todo tenía una balanza, todas las personas debemos al menos tener a alguien que haga equilibrio y no ser iguales. Magnus era representación del dolor y la vanidad, de una lucha constante por no perderse así mismo y Alec estaba ahí, mirándolo expectante con largas lágrimas saladas bajando por sus mejillas, cayendo por su mentón y perdiéndose en el tejido de su sudadera gris.
Magnus quien representa la burla hacia la vida misma y fue castigado miles de veces con el sufrimiento de ver a las anteriores reencarnaciones morir, no estaba preparado para ver la ahora, personalidad de su alama gemela rompiéndose en miles de fragmentos frente a sus ojos y no era capaz de decir palabra alguna.
Existía un reflejo hacía el alma a través de los ojos que muchas veces era manchado por la personalidad y oculto tras la maldad en las intenciones de las personas, pero Alec no era así. Porque sus ojos parecían una marea desbordante de tristeza y belleza, no relucía ninguna maldad tan solo había en ellos un profundo azul que te invitaban a ahogarte con él en su acongojado sentir.
Y como acto reflejo, Magnus se arrodilló frente a Alec y limpió el rastro de lágrimas. Aún si había una advertencia impuesta de que saldría herido y atravesado por todos los fragmentos esparcidos frente a él y que, estos componían a un joven con mirada inocente del mundo cruel, lo abrazó. Tal vez esas pequeñas navajas de personalidad y timidez cortaban la coraza de un ser cruel. Tal vez aquel ser evolucionaría, porque abrazaba a aquel chico tratando de encajar todas las piezas de sus esperanzas rotas sin temer a resultar gravemente hechizado.
— Morirá...
Fue la única palabra de Alec antes de corresponder con fuerza el abrazo de Magnus.
Porque ese era uno de aquellos días malos, uno que no deja de tornarse peor hasta que te derrumbas en llanto. Era peor cuando la soledad te embargan, cuando a pesar de estar rodeado de personas sigues estando solo.
— Morirá —repitió sin creerlo— y no hay nada que pueda hacer.
Y Magnus tampoco sabía que hacer, porque el creador era caprichoso y le gustaba dar lecciones duras y despiadadas. Y lo único que hizo fue abrazarlo con más fuerza.
Sin notar que, su marca cambio a un color azul marino.
Por que sí, Alec era distinto a todos, único e irrepetible.
Le estoy tomando cariño a este pequeño fic ~(^з^)-♡
El siguiente capítulo será un flash back a una relación de Magnus con su alma gemela. Así que sí, sera spoiler de The Bane Chronicles.
Au revoir (∩_∩)
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An Inmortal Soul #MalecAwards
Fanfiction•Malec Au Soul mates• Magnus Bane es un hombre de 20 años o al menos es lo que aparenta. Bane es un inmortal. Y, en su cuerpo lleva los nombres que su alma gemela ha tenido por distintas vidas. //// Los personajes no son míos. Pertenecen a Cassandra...