[10]

663 29 12
                                    

KENYA

—Es que no quiero ir, y no me puedes obligar.

—Yo también iré, no te dejaré sola en ningún momento.

[...]

Pura mierda, Neels en el momento que vio a una chica morena con un vestido rojo, se separó totalmente de mí.

Estoy indefensa, se suponía que en el hospital y las terapias, todo mejoraría y entre ello mi autoestima pero al ver a todos aquellos compañeros que estuvieron conmigo, está cayendo de una manera tan rápida.

Veo la cara de una de las 'populares' y lo único que recuerdo son los insultos que me expresaban día a día; ni siquiera su nombre recuerdo.

—Kenya—esa maldita voz.

Volteo y me encuentro con el chico de Vine, Shawn Mendes.

Su carrera se está atascando, diecisiete años y sigue con lo mismo: cantando a una misma plataforma.

—Viniste.

—Soy la gemela de Kenya, Kendra, mucho gusto—digo sarcásticamente.

—El sarcasmo no se ha ido de Kenya, qué maravilla.

—¿Qué haces aquí, Anna?

—Sólo pasaba a saludarte, gordita—muerdo mi labio inferior y ella lo nota—. No vayas a comenzar a llorar, mejor vete a hacer algo de ejercicio porque en serio lo necesitas.

—Ya, Anna. Déjame a solas con ella—interviene Shawn.

—Te espero en la pista.

Y cuando por fin se va, Mendes se me queda mirando pero no de la forma en la que todos lo hacían. Lo cual me sorprende.

—Estás muy bonita.

—Shawn, no. No me vengas con el cliché de que lamentas cómo me trataste hace unos años y ahora me mostrarás que eres un buen chico. Todos sabemos que eres una mierda.

—No iba a hablar de eso. Que me parezcas linda no quiere decir que quiero caerte bien, no me importas—dice muy serio—. En fin, Liliann cumple 18 éste mes y quería invitarte a la fiesta.

—¿Por qué? Todos ahí me odian, no quiero estar en un lugar donde no soy requerida.

—Yo sólo quería que convivieras pero allá tú.

No me convencerá.

—Vaya, la psicología inversa no funciona mucho en ti.

—Ya cállate—ruedo los ojos—. Pasa por mi a las siete.

—Está bien.

Él pasa su gran mano por mi hombro, haciendo que mi cuerpo entero se estremezca. Pero trato de evadir aquel pensamiento.

No sucede nada, sólo es la película que se reproduce en mi cabeza. Forcejeos y gotas de sudor, no importa en lo absoluto.

—Hasta el veintitrés, Shawn.

Él no me responde nada, me dedica una sonrisa y sin más se va.

Kenya [s.m]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora