KENYA
—Ugh, Hayes está obsesionado con esa canción. Y es buena pero ya me ha fastidiado.
All about that bass sonaba en la radio y no pudo haber sido mejor canción.
—Recuerdo cuando tenía alrededor de 12 años, recién acababa de entrar a la secundaria. Yo no sabía nada de transtornos alimenticios pero por alguna razón no quería comer, mi abuelita a la noche fue a mi cuarto y me dijo "no importa si no eres una talla de modelo, ¡tú come! A los chicos les gustarás mucho, ya tendrán más de dónde agarrar"—en eso Nash se carcajea—. Yo no entendí a lo que se refería pero realmente me ayudaron esas palabras, a pesar de que no tenía el mejor peso, yo me sentía bien. Hasta me veía en el espejo y decía "tal vez yo no seré la chica bonita pero tengo un buen cuerpo". Ay no.
—¡Ey! Pero 'gorda' o no, eres muy bonita. Y déjame decirte que con esos pupilentes, ¡Kenya eres lo más cercano a un ángel!
—Mientes muy bien, Nash, me sorprendes.
—Soy honesto, Kenya. Por cierto, ¿cuándo cumples 18?
—¿Por qué?
—Curiosidad.
—Ocho de agosto.
—Oh igual que...—
—Shawn. Sí, lamentablemente—realmente me gustaba que ambos cumpliéramos en esa fecha, tal vez el destino nos quería decir algo... Qué va, esas cosas son idioteces.
Pero eso no le quita que en menos de un mes ya tenga dieciocho años.
|...|
—Y ella es Sky, mi hermana menor.
Saludo a la pequeña, y ella sonríe al instante.
Nash y yo jugamos con ella, al parecer le fascina que yo también sea "rubia", si supiera...
Al dar la hora de la comida, Hayes, Nash y yo vamos a Chick Fil-A. Afortunadamente es viernes y si está abierto.
Un mensaje de mi papá aparece en mi pantalla, dejándome helada.
"Tú abuela me dejó que el próximo fin de semana te quedes conmigo, te veo pronto princesa ❤️"
—Nash, iré al auto.
—Claro, aquí están las llaves... ¿Te sientes bien?
—No pero da igual.
No quiero ir a la casa de mi papá, ahí es un infierno. ¿Por qué mi abuelita le permitió eso?