Kenya [s.m]

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SHAWN

—¡Shawn, Shawn!

Abro los ojos por completo y lo que veo es que todos mis amigos están a mi alrededor, con cara de angustia.

¿Por qué estoy en la casa de Liliann?

¿Es una fiesta? ¿por qué estoy en su cuarto?

—Dios mío, Shawn nos has sacado un gran susto—expresa Anna—. ¿Cómo te sientes?

—¿Dónde está Kenya?

—¿Qué?

Me pongo de pie y salgo de la habitación en busca de Kenya.

Me escabullo entre toda la gente que está aquí, creo que es el cumpleaños de Liliann.

Ahí está.

Mi respiración se acelera, mis manos comienzan a sudar. No puedo creer que se ve mucho más hermosa.

No sé exactamente lo que pasó cuando me desmayé y "soñé" todo eso pero definitivamente he aprendido una lección.

Una persona por más mal que te caiga, merece respeto por el simple hecho de ser un ser humano. En este caso Kenya no me cae mal, o no mucho.

Es entonces que me voy acercando pero algo o alguien se me atraviesa.

—¿Shawn Mendes?

—Oh, sí. Mucho gusto.

—Soy Hayes Grier, tal vez conozcas a mi hermano... Nash Grier.

—Sí, si lo conozco. Mira en un momento hablo contigo, sólo que estoy buscando a alguien.

—Bueno, en un rato te busco o tú me buscas.

—Seguro.

Se retira y dirijo mi vista nuevamente a Kenya, pero esta vez realmente me ha sacado el aire.

El conocido y mi gran amigo Nash Grier está tomándola de la cintura y besando sus labios.

Mierda.

De pronto se dan cuenta que alguien los está observando y se separan.

—Shawn—habla Kenya con cierta pena.

—Yo, uh, lo siento. No quería interrumpir.

—No, no importa. ¿Pasaba algo?

Lo pienso rápidamente y señalo que sí a su pregunta.

—Sólo unos minutos, Nash.

—Claro, no hay problema.

Nos alejamos un poco de ahí y finalmente hablo:

—Kenya, me alegro que hayas regresado. Ojalá te la estés pasando de maravilla.

—Oh, sí de hecho lo hago—dice mostrando su linda sonrisa.

Con mi mano temblorosa, tomo un mechón de su cabello y lo pongo detrás de su oreja.

—Te mereces lo mejor, en serio. Nash es un gran chico y ojalá te trate como se debe.

—¿Shawn? ¿te encuentras...—

—No dejes que nadie te diga lo contrario... Eres una joya, Kenya.

Me acerco a ella y le planto un beso en su mejilla, sin más que decirle me retiro.

Al ver a Nash le doy unas palmadas en el hombro y le advierto que la cuide.

Tal vez estoy siendo exagerado pero yo veo un futuro entre ellos dos. Y me alegro.

Si ella es feliz, yo lo soy.

• • • FIN • • •

Este capítulo se lo dedico a una de mis más cercanas IBF brisagaleano ❤❤, gracias por ayudarme a encontrar este final.

Espero que a todas ustedes les haya gustado al igual que a mí al escribirla.

En un rato más subo los agradecimientos, mencionaré a algunas de ustedes...