Cuando alguien se siente brillantemente desgraciado, entonces sí vale la pena llorar con acompañamiento
de temblores, convulsiones
y, sobre todo, con público.Pero, cuando además
de desgraciado,
uno se siente opaco,
cuando no queda sitio
para la rebeldía, el sacrificio
o la heroicidad,
entonces hay que llorar sin ruido, porque nadie puede ayudar
y porque uno tiene conciencia
de que eso pasa y
al final
se retoma el equilibrio,
la normalidad.
-La tregua 📖
Mario Benedetti
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La melancólica muerte de mi alma
Non-FictionY yo me cubro, yo me envuelvo, me mezo en mi nostalgia preferida, me abrazo a la almohada y lloro, me avergüenzo de mi edad y no comprendo por qué, tan de repente, ya no soy una niña.. A. Pizarnik ☾