Capitulo 9

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Salí de la sala sin verlo, de inmediato choqué con Samuel, haciendo que me caiga en cima suyo. Todos nos quedaron viendo con sus miradas de burla y desprecio. 

- Miren! Se cansó de rogarle a su profesor que ahora va por su mejor amigo- Todos comenzaron a reír, no bastó mucho para que suba toda la ira por mi cuerpo.

Me paré observando cada rostro que disfrutaba burlarse de mi, cuando quiero puedo recordar cada detalle de las personas. Me paré, limpié mis pantalones y mis queridas botas de cuero y ayudé a Samuel. 

- Cuidado que se le pueden dañar sus zapatos de perra- Fue la misma chica que había comenzado a molestarme, a hincharme las pelotas. Yo sólo la miré con cara de asco.

Cada segundo que pasaba Samuel me contemplaba para ver mi reacción, a este hombre le fascinaba ver como lidiaba con ese tipo de personas, mientras que el resto de la multitud estaba esperando con ganas que me fuera corriendo llorando a esconderme, lo que no saben es que cada vez me hago más fuerte.

- Ninguno de los que están aquí presente sabe como soy, ninguno sabe de lo que soy capaz de hacer- Me agaché para sacar mi mariposa de mi bota, una hermosa cuchilla con grandes significados- Repito, nadie me conoce.

Sentí como Miles sale de su salón para ver que sucedía, se quedó expectante viendo cual era mi intención con tan bella cuchilla. Pobre, nunca pensó que su "inocente" ex novia sería capaz de hacer algo de ese estilo.

- Qué harás ahora zorra?- Dijo la hincha pelotas.

- Cómo te llamas niñita?- No quería olvidar el nombre de esa maldita, algún día me las pagará

- Amber y la única niñita eres tu- ignoré por completo lo último que dijo y me acerqué un poco hacia ella.

- Te lo repetiré de nuevo, no saben de lo que soy capaz- le lancé la cuchilla entre los pies, un lanzamiento tan preciso que le corté el borde del zapato- Espero que no vuelvan a molestarme.

Todo el mundo se quedó en silencio.

Perplejos.

Fue hermoso ese momento.

- Bueno, en ese caso me iré a mi casa- miro a Samuel que estaba atónito- Vámonos, tenemos cosas por hacer. Sólo me siguió en silencio.

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Eran las 17:00hrs y estaba en mi habitación con Samuel esperando a que hable y así poder contarle lo que pasó después de clases con Miles.

- La hubieras apuñalado?- De la nada preguntó

- No, no se merece que la salve de vivir y tener que soportar el mundo, algún día le tocará sufrir.

- Aún le tienes afecto a Miles?- No se porqué llegó a ese tema.

- Si, como no quererlo si fue parte de mis últimos momentos que tuve felicidad.

- Última pregunta- Se quedó en silencio pensativo- de hecho es una petición, puedo intentar hacerte feliz por las siguientes dos horas?

- Te doy sólo una hora para lograr lo imposible.

Me recosté en mi cama en espera a que empezara y lo primero que hizo fue dejarme sola en mi habitación, no esperaba eso la verdad. Llegó luego de 5min trayendo consigo una bandeja con comida gurmet.

- Y esto?

- Es el inicio de tu mejor hora de espera

Me pasó la bandeja dejándola en mi regazo. Estaba todo putamente sabroso, una cena con entrada, plato fuerte, postre, bajativo y un café de grano esquisto. Hace tiempo no comía algo así, desde que estaba mi hermana para ser más específicos.

- Gracias, estaba todo muy sabroso, no recordaba lo que era comer algo tan sabroso- le pasé mi bandeja y me dio un beso en la frente, este hombre aún no olvida como era antes, una chica frágil pero alegre.

Volvió en un rato con una rosa, blanca como un cuaderno en medio del caluroso sol de verano, estaba llena de espinas, era imposible sostenerla sin enterrarte una.

-Es hermosa- la contemplé en mi mesa de noche- Gracias Samuel.

-Ahora cierra los ojos-esa petición era bastante dudosa pero aún así le hice caso, me causaba mucha curiosidad lo que hiciera en ese momento pero no hubo nada, sólo silencio- Ten- me pasó una venda

-Mh... que clase de locura tienes en mente?

-No te preocupes, sólo póntela y acuéstate. Si te mueves o hablas te castigaré, así que se niña buena y hace caso- Asentí con la cabeza.

Sujetó mis manos y las amarró haciendo que quedaran detrás de mi cabeza, con los nervios de lo que podría hacer en ese momento sin querer moví mi pierna. Noté que se detuvo y me contemplaba.

-Te dije que no te movieras Rachel- Me tenté demasiado, nunca me llama por mi nombre de esa  manera así que le sonreí y moví la pierna de nuevo- Bueno, tu te lo buscaste.

Me dio un tierno beso en la frente, Dios que se sentía rico sentir sus labios tibios en mi frente, bajó otro poco y me dio uno en la mejilla, me tenía muy nerviosa, luego un beso lento suave pero a la vez apasionado en mis labios, continuó bajando con sólo besos hasta llegar a mi ombligo y se detuvo. Me tiene loca.

Rachel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora