Capítulo 6

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Me fui a dormir.

Al día siguiente en el liceo nadie se burló de mi, por arte de magia ya no era el centro de atención de burla. Me sentía feliz pero rara a la vez. En una pequeña esquina encuentro a Samuel con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola muchacho. Porque tan sonriente el día de hoy?.

-Hola guapa. Estoy feliz porque ahora te puedo tener a mi lado y porque ya nadie te volverá a molestar.

-Y se podría saber porqué estas tan seguro de eso?

-No preguntes el porqué ni el cómo pasó, sólo confía en mi

-Bueno, lo haré.

Esto era lo que quería evitar, si empieza a pensar que voy a tener algo con el, va a estar muy empalagoso conmigo y lo único que va a conseguir es que me sofoque. Samuel es buena persona conmigo, pero si empieza a pensar que puede tener algo conmigo, como dije, me va a sofocar y eso hará que me aleje de el y no quiero eso. 

No se si ustedes creen en los signos zodiacales, pero ya si creo y bueno... soy un sagitario. Un sigo zodiacal que no le gusta las ataduras en una relación, suelo compararme con un león, salvaje e indomable. A mi me gusta que me expresen cariño y amor, no estar atada a una relación y estar en algo monótono y repetitivo con la misma persona de siempre. Algún día por culpa de eso voy a terminar con ITS*, pero para evitar eso están los condones.  

Seguí por el pasillo del liceo con Samuel, aún nadie me decía nada al respecto por lo que ocurría ahí. Ninguna mujer me decía cosas como《hey que haces acompañada con un chico como él perra》, y ningún hombre me decía cosas como《oye ya estás con otro maraca》. Todo estaba muy calmado el día de hoy, exageradamente calmado para ser verdad. Lo que si las miradas me violaban por doquier (hablandoretoricamenteobvio) 

-En la tarde quieres ir a tomar un helado?- me preguntó sin dirigirme la mirada.

-Obvio, será sin sorpresas supongo. Sabes que odio las sorpresas- en eso se gira para contestar.

-Te lo prometo.

Detesto cuando me miran mucho y a este niñito lo sabe, sabe todo sobre mi, pero aún así lo hace sólo para molestar, se queda pegado mirándome, contemplándome, en silencio. Miré para otro lado para evitar ponerme roja. Pero fue imposible, yo ya estaba hecha un tomate y no lo había notado. Maldito.

-Me encantas sonrojada.- no le quiero dirigir la mirada estando así

-Cállate y acompáñame a mi salón.- sigo sin mirarlo- te recalco que estamos en medio del pasillo- le digo en vos baja- zona la cual, es la más transitada en todo el edificio- lo miré a los ojos con aquella mirada que da escalofríos- ni se te ocurra hacer algo estúpido.

-Pero como se te ocurre eso? Qué te hace pensar en que voy hacer algo malo o alocado en este momento?

-Te conozco Samuel, no se te ocurra.

Rachel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora