CAPITULO 3.

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Sentía su cuerpo pesado, y su cola le dolía... ¿sus dos colas? Se incorporó de prisa para encontrarse con un par de piernas, eran tan extrañas que se quedó unos segundos observando estas, luego se dio cuenta de que ya no estaba con su padre, se encontraba tirado en el suelo dentro de un pequeño cuarto de madera con dos puertas de cada lado y unas pequeñas b3ntanas cubiertas por unas telas extrañas de donde se podían escuchar voces, escuchaba la voz de su padre fuera del pequeño cuarto a lo que se estiró para tocar una de las puertas, ésta se abrió dejando ver la playa y seguido de esto apareció un humano con ropas de colores extravagantes, iba a acercarse a Harry pero este retrocedió como pudo, empujándose con sus manos y soltando un suave quejido al ver como sus piernas se movían solas ayudándole a retroceder, por la puerta se asomó otro humano, sus ropas se combinaban perfectamente haciendo un balance entre el azul marino y el plateado, en su cabeza se encontraba 7na corona, una corona sin duda más grande que la de Harry aunque no más bonita pensó este, los ojos de la persona eran de un color azul fuerte, Harry sintió un escalofrió recorrer su cuerpo cuando de los labios finos de la persona salió una voz delicada pero fuerte.

-¿Vas a venir o estarás tirado todo el día?

Éste observo a Harry permanecer inmóvil y chasqueo los labios mientras volteaba para darle la espalda.

-CRIADOS TRAIGAN ROPAS PARA EL PRINCIPE.

Ordenó antes de voltear a ver nuevamente a Harry, quien se encontraba con la boca entreabierta y con la mirada puesta sobre el contrario.

-¿T-tu... Usted es el R-rey?

Harry sentía sus piernas temblar y su voz delataba su nerviosismo, solo estaba cubierto por una pequeña manta la cual ahora estaba húmeda, pues había absorbido las gotas de agua que Harry contenía, observó impaciente a la persona, él le transmitía desconfianza, solo verlo le daban ganas de esconderse, y ni hablar de su mirada que parecía juzgarle en cada momento.

-No, mi nombre es Louis Tomlinson, soy el Príncipe y hasta donde yo sé también tu futuro esposo.

Harry sintió su cuerpo helarse y abrió los ojos con sorpresa, seguro era una broma, él era sin lugar a dudas mayor que Harry, cerró los ojos soltando un suspiro y sintió su barbilla temblar, quería llorar, quería irse de ahí.

-No llores niño, tampoco me alegra mucho esto ¿crees que es fácil para mí? Mi padre se está muriendo y para colmo tengo que dejar a mi novia para casarme con un niñato, ¿qué edad tienes? ¿15? Pff... Vístete rápido que mi padre y el tuyo te están esperando.

A Harry ni siquiera reaccionó, cuando se dio cuenta ya estaba solo nuevamente, suspiro mordiendo su labio para evitar llorar, él no tenía 15, tenía casi 18 y no era su culpa nada de esto, todo era culpa del estúpido padre de Louis y de las estúpidas tradiciones, comenzó a vestirse, ni siquiera sabía cómo hacerlo, no sabía por qué le habían dado dos pantalones, aunque uno era muy corto, también le habían dado varias prendas más que no supo cómo utilizar, cuando termino sonrío ante la elección de prendas que había hecho, había elegido los pantaloncillos largos y una camisa la cual había introducido dentro de sus pantaloncillos, pues había visto que el criado y Louis así lo usaban, toco la puerta y esta se abrió cadi al instante y seguido apareció el mismo criado de antes, este extendió la mano a Harry y le ayudo a sentarse en la orilla del carruaje, a Harry le temblaban las piernas, no entendía que debía de hacer.

-Relájese príncipe, debe apoyarlas bien en el piso e impulsarse, puede sostenerse de mí, seré su apoyo.

El criado sonrío a Harry de forma amable, al menos no todos los humanos son malos, pensó, hizo lo que el criado le había ordenado pero fracaso y calló sentado nuevamente en el carruaje, soltó un quejido de dolor y luego llevo sus manos a su rostro.

-No lloré, vamos le ayudaré, intente de nuevo.

Harry asintió volviendo a intentar y aunque esta vez pudo sostenerse por más tiempo volvió a caer, la tercera vez pudo sostenerse con ayuda del criado, y sonrío alegre hacia este quien le indico que ahora diese un paso y luego otro, Harry comenzó a caminar a pasos lentos mientras el criado lo sostenía de la cintura y Harry se sostenía de sus hombros.

-Soy Max por cierto, seré su criado y además seré el jefe de criados, usted podrá acudir a mi cuando lo necesite y es libre de pedir lo que guste.

Harry asintió mientras se aferraba el hombro de Max y observaba el piso para evitar caer, sus piernas le temblaban por los nervios y soltaba algunos suspiros de frustración, cuando llego a donde se encontraba su padre junto a los reyes de la tierra y claro Louis, hizo una pequeña reverencia antes de sentarse al lado de su padre observando a cada uno de los presentes.
Después de varios minutos en los que los reyes hablaban sobre lo bien que iba a estar Harry en el palacio, y lo bien que se iba a llevar con Louis, el cómo ayudaría a los reinos esta decisión, y cosas que Harry dejo de escuchar pues la mirada fija de Louis sobre él lo incomodaba, le hacía sonrojarse cada que alzaba la vista y cada vez se sentía más y más incómodo, quería levantarse y golpearlo pero ni siquiera caminar podía, sintió sus ojos aguarse por lo que decidió voltear a ver el mar, cuando sintió la mano de su padre en el hombro y la voz de este despidiéndose de los reyes, hasta que hubo algo que llamó su atención, la voz de su padre dirigiéndose a la reina, abrazándola y diciendo "Hasta pronto hermana", y susurrando un "Cuida bien de él", es ahí cuando se dio cuenta, ¿Cómo no lo había visto antes? La reina era una sirena, tenía la piel pálida, los ojos claros y en su piel se llegaban a ver pequeña marcas de donde alguna vez hubo escamas.

La tradición.   (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora