Camine hacia él y me coloco justo al frente de su cuerpo, él me sonríe y en seguida aparecen esos pequeños hoyuelos en sus mejillas.
-Soy hermoso, ¿cierto?
-Solo porque eres mi hermano –el me miro mal mientras yo le sonreía-
-¿Qué quieres _____?
-Solo quería decirte algo
-¿Qué?
-Alexito
-¡Oh no! –Grito en forma de queja- cállate
-El
-En serio _____ cállate –me lo quede viendo como esperaba que continuara molestándolo-, ¿enamoradito? –pregunto y negué-
-Abuelito –dije y él se pasó la mano por su cara frutado-
Acabamos de tener una cena familiar y Alegra nos acaba de anunciar que tiene un mes de embarazo, Mia esta que brinca en un solo pie porque va hacer abuela por primera vez, pero Alexander estaba que se pegaba un tiro directamente en la cien.
-Es horrible esto hermana
-Tiene veinticuatro años Alex, ya es una mujer adulta era de suponerse que tuviera una vida sexual activa
-¡Cállate!
-Yo solo digo que a esa edad ya yo había tenido sexo con mi novio y me estaba follando a mi profesor favorito
-Ves que si eras un poquito perra –lo mire mal mientras el reía-, sabes a lo que me refiero -suspiro-, solo digo que es mi niña, mi primera hija, ya soy abuelo _______, esto apesta
-Lo que va a apestar son los pañales que el abuelito Alex va a tener que cambiar
-Yo no voy a cambiar nada, ya yo lidie mis hijos, ahora ellos que vean que hagan con los suyos
-Serás un mal abuelo
-Lo sé –dijo mientras hacía cara de sufrimiento-, te dejo hermana, voy a buscar a mi esposa
Dijo mientras se alejaba de mí, pero en seguida conecte con unos hermosos ojos mieles y esa pequeña sonrisa traviesa que siempre ha tenido, aún recuerdo cuando le di su primer biberón y cuando le cambie su primer pañal, es increíble que en un mes, cumple sus veintidós años.
-Mamá
-Hijo mío
-¿Dónde está mi hermana?
-Tu hermana está en el internado, está en una feria de ciencias y creo que su trabajo está algo atrasado y por eso no quiso venir
-Tú te quejabas de mí, pero ella es peor –dijo riendo-
-Lo se cariño –entrelace nuestros brazos y recosté mi cabeza en su hombro-, ¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños?
-No quiero nada mamá –dijo y lo solté para mirarlo de frente-
-¿Por qué no?
-Es mi primer cumpleaños sin Nathalia y no sé, solo este año no quiero hacer nada
-¿Te la pasaras con Audrey?
-¡Ya lo sabes!
-Oh por Dios hijo todo el mundo lo sabe
-Uno no puede tener un secreto en esta familia –comento riéndose mientras se iba a hablar con alguno de sus primos-
Me quede de nuevo sola y dispuse mi vista a una vista panorámica pero no encontraba lo que estaba buscando, me adentre a la casa, más específicamente a mi habitación y lo encuentro ahí, acostado en la cama con los ojos cerrados, se veía tan sereno, tan tranquilo.
Me subí en la cama hasta estar arriba de él, le di un pequeño en sus labios y su sonrisa fue involuntaria.
-¿Te sientes mal amor? –pregunte-
-No
-¿Por qué estás aquí?
-Porque estas hermosa, quiero follarte y esa gente no se va de nuestra casa
Sus ojos se abrieron y ahí estaba ese hermoso color miel que amo.
-Tu puedes hacerme el amor cuando quieras –le dije mientras le repartía besos en su cuello-
-Tenemos invitados en casa
-¿Y? –pregunte y el rio-
-Amo que seas asi
-Esta Christian en casa amor –lo mire a los ojos-, él puede atender a las personas muy bien
El me mira por última vez y comenzamos a desnudarnos el uno al otro, suspiro de puro placer, un placer sin remordimientos, cuando despacio, sin prisa y con devoción, se desliza dentro de mí. Cierro los ojos y lo cojo de la nuca cuando me llena del todo. Se queda quieto, palpitando y latiendo en mi interior. Su respiración cambia de inmediato y pasa a ser rápida y brusca.
Es increíble que pasen tantos años y este hombre me siga volviendo loca.
Pero de la nada frunce el ceño y sale de mí.
-¿Qué haces? –Le pregunto en una queja cuando lo veo levantarse de la cama-, Justin no me vas a dejar asi
-No te voy a dejar asi bebe –me sonrió-, no soy masoquista -me dijo señalando la tremenda erección que conserva-, solo déjame ponerle seguro a la puerta
¡Idiota!, no había puesto seguro al entrar.
-Eres mía y sólo mía, amor. Sólo para mis ojos, sólo para mis caricias y sólo para mi placer. Sólo mía. Solo yo puedo ver a esta mujer en acción ¿Entendido? –Pregunto mientras volvía a acostar en la cama y adentrarse en mi-
-Entendido –dije en un pequeño gemido.
Se retira y vuelve a entrar, lentamente, en mí.
-Tú también eres sólo mío –digo mientras muevo las caderas para capturar la deliciosa penetración de mi esposo-
-Sólo tuyo, _______
Estoy estupefacta. Me estoy derritiendo debajo de él, incapacitada de placer, empuja más hondo y se mueve con firmeza. Una gota de sudor le cruza la frente.
Otra rotación perfecta y mis músculos internos empiezan a tener espasmos, a temblar y a abrirse camino paso a paso hacia aquel cosquilleo que tanto los dos conocernos. Cierro los ojos cuando siento que se me tensan las piernas.
-Te amo -Otra embestida, plena y dura, y abro los ojos-
-Yo también te a... -de mi boca no salió una palabra cuando me siento correr, cierro mis ojos y me dejo llevar-
Mi cuerpo tiembla mientras el continua meciéndose con suavidad dentro de mí y capturando mis labios en un beso lento y sensual.
Repara su pene totalmente y de la nada lo mete de nuevo con una euforia total mientras yo me aferro a su espalda todo lo fuerte que soy capaz. El sexo con Justin siempre ha sido incomparable, pero cada noche con él siempre logra ser única.
La consistencia de sus embestidas, profundas y controladas, hace que tiemble y me tense, y mi sexo se convulsiona y se aferra a su miembro con cada penetración. Levanto un poco las caderas en una entrada y gimo cuando me llena a más no poder. Los dos nos corrimos. Maldición me había corrido dos veces.
-Te amo, cada día te amo más y es increíble –le digo mientras el aún permanece dentro de mí-
-No más que yo a ti mi amor –dijo y de nuevo me volvió a besar-.
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Christian Bieber
Teen FictionChristian te llevara en una historia llena de luchas contra los sentimientos emocionales, pero a veces... a aveces tan solo una sola persona puede hacer que dejes de luchar. 2 Libro de la saga MR BIEBER. CopyRight© 2017 Emily Salazar Todos los derec...