Capítulo 38

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Hay una sensación que tienes al escuchar tu cancion favorita, esa sensación de paz y éxtasis al mismo tiempo al escuchar algo perfecto para ti. Hay personas que te hacen sentir la misma sensación que cuando escuchas música. Eso era ella.

Hace diez minutos habíamos llegado a mi pequeña cabaña junto al mar, recuerdo que cuando tenía dieciséis años mi mamá me preguntaba que regalo quería por mi cumpleaños y de hecho mi tío Alex y mi papá me aconsejaban marcas de carro ya que es costumbre en mi país recibir un auto a los dieciséis, pero no quería un auto, quería una cabaña junto al mar, al principio mis padres no querían dármela porque sabía que me alejaría más de ellos y ya de por si lo hacía con los estudios, pero quería un tipo de refugio, algo mío donde podía venir sin problemas y relajarme, aun asi mi papá me hizo trabajar para el por medio año administrándole la economía de ella, pero al final lo logre, me dieron mi cabaña junto al mar.

Ella se había quedado fijo mirando el mar desde el auto, no tenía ninguna expresión en su rostro, no decía nada y eso a mí me ponía algo nervioso.


-Podemos regresar –dije por fin luego de esos diez minutos en silencio-, yo mismo le daré la cara a Owen y tú puedes casarte mañana

-Te amo Christian –soltó en un suspiro, soltó como cuando sueltas algo que siempre has querido decir y cuando lo dices prácticamente tu alma descansa-, te amo demasiado, a veces no sé qué pensar de nosotros, no sé qué si quizás es algo del más allá que tenía planeado Nathalia, no sé qué pensar Christian, nunca había amado alguien asi -seguía diciendo mientras aún tenía su mirada fija en el mar- me has arrebatado cada parte de mi ser al sentir todo lo que siento por ti, es algo raro todo esto porque siento que cuando amas a alguien no puedes explicar bien lo que sientes, solo sé que estando contigo estoy bien y te amo, pero sabes algo –me dijo ahora si mirándome-, siento que al decirte "te amo" no expreso todo lo que siento por ti, siento que la expresión "te amo" se queda corta para todo lo que siento por ti -nos quedamos por un momento en silencio mirándonos-, me siento rara Christian


Solté un suspiro y sali del auto, camine hacia su puerta y la abrí, la tome cargándola como un pequeño bulto de papas a lo cual ella iba riendo mientras yo iba caminando con ella encima, quite mis zapatos como pude y me metí al mar.


-¡¿Qué haces?! –Grito ella al ver que nos metíamos al mar- ¡Christian!

-Me dijiste que estar en el agua te relaja –dije al bajarla y colocarla frente a mí, el agua me daba hasta el estómago y ella un poquito hasta el pecho-

-Lo sé, pero es el mar y esta helada –dijo haciéndome reír-

-Te amo, yo también te amo y también siento que solo la expresión no es suficiente para expresarte todo lo que siento, me tienes loco Audrey, esta mañana pensaba que eras mi pequeña asíntota, ya sabes esa cosa que desea y que se acerca de manera constante, pero que nunca llega a cumplirse

-Se lo que es asíntota -me dijo sonriendo-

-A veces se me olvida que eres mejor que yo

-En todo mi amor –dijo y esta vez yo sonreí-

-No sé si lo que estamos haciendo este bien, sé que quizás le destruimos la vida a Owen, sé que nuestras familias nos van a matar, pero el estar contigo

-Se siente bien

-Exacto, se siente correcto


Ella me calla con un beso apartando mis labios con su lengua, le quito suavemente toda su ropa hasta dejarla desnuda completamente frente a mí, me detengo y observando como agua rodeaban por sus senos haciéndolos más cautivadores de lo que eran.


-Eres hermosa...


Susurro pegando su cuerpo nuevamente hacia mí, Audrey pudo sentir el efecto que tenía ella sobre mí y la verdad es que ella lo conocía bien, mi miembro estaba endurecido como una piedra y pulsaba por estar dentro de ella.

Le acaricio el cabello mojado y la beso, un beso profundo, intensificando el deseo ambos. La sensación de sentir como el agua rodeaba nuestros cuerpos y el estar a punto de hacer el amor en pleno mar, aumentaba aún más la pasión. La beso con ardor, queriendo devorar sus labios.

Los dos deseando que ese momento nunca se acabe.


-Me estas volviendo loco

-Te amo

-Yo te amo más


La beso de nuevo, pero los dejo para recorrer con los míos todo su rostro y su pecho, saboreando con ardor sus senos. Las oleadas que venían de vez en cuando, la tranquilidad del mar, el solo estar ella y yo en ese momento hacia que todo se vuelva completamente puro, completamente lleno de amor solo para nosotros dos.

Coloco mis manos en su trasero levantando sus caderas un poco, colocando su feminidad sobre mi miembro para deslizarlo lentamente sobre él, soltando gemidos leves mientras la penetraba, el sonido del mar ahogaba los gritos de placer, que brotaban de los labios de ambos.

El sexo entre los dos dejo ser tan solo eso, había algo más, siempre hubo algo más, la pasión era más profundo, los ligeros toques llenos de caricias eran más tiernos y delicados, todo era parte de ese sentimientos intenso por parte de los dos.

La hice mía con todo mí ser, los dos entregamos nuestra alma, nuestros corazones. Nos amábamos y ese día quedo completamente claro.


-Christian –me dijo mientras aun sostenía su cuerpo tembloroso en mis brazos-

-Dime –mire sus ojos mientras ella me miraba con nerviosismo-

-¿Quieres ser mi novio?

-¿Quieres que sea tu novio?

-Si –me respondió sonriendo-, aunque primero debo hablar con Owen –la mire serio-, necesito dejar las cosas claras con él, no se merece que me vaya y lo deje asi como asi, además quiero que seamos novios formales y que no se lo ocultemos a nadie -le di un pequeño beso en la mejilla que la hizo sonreír-

-Te amo Audrey –le dije casi rosando nuestros-

-¿Eso es un sí?

-Oh mi amor la pregunta estaba de más –le dije y de nuevo volví a unir nuestros labios recibiendo una que otra sonrisa entre besos de parte de ella-


La amo, en serio la amo. 


Siendo sincera y mirando todos los puntos de vista, ¿crees que Audrey y Christian hicieron bien en huir?

¡Feliz ombligo de semana!

Christian BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora