Capítulo 26

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¿Qué paso tiempo?, no se supone que borrabas todo.


-Ok Christian, ahora vas a tratar de mover el brazo lo más arriba posible –me dijo Katherine, mi fisioterapeuta-

-No puedo

-Tienes que poder

-Si le digo que no puedo, es porque no puedo –conteste y ella me miro seria colocando sus manos en su cadera-

-Señor Bieber no voy a pelear de nuevo con usted como todos los días

-El hecho de que sea una mala fisioterapeuta no tiene que ver conmigo

-El hecho de que usted sea un paciente terco, arrogante y prepotente no tiene que ver conmigo


Nuestras miradas serias se conectaron, esta señora me volverá loco.


-Hagamos algo, usted reconoce que le regalaron el diploma de fisioterapeuta y salgo de su vida

-Al menos yo tengo uno, usted aún no tiene ninguno –dijo sonriendo triunfante-

-¡Estoy en un maldito hospital!, por eso no me han dado mi diploma

-Excusas –continúo sonriendo-

-La demandare por difamación

-Quisieras –me sonrió-, vamos soy la décima fisioterapeuta que tienes, todas sean aburrido de ti, pero tengo cinco hermanos mayores, se lo que es lidiar con hombres estúpidos como tu

-¿Aun tiene hermanos mayores?, esta tan vieja que ya sus hermanos estarán muertos, asi que no creo que recuerde lo que es lidiar con hombres como yo

-¿Qué edad crees que tengo Christian?

-No sé, ¿noventa? –dije riendo-

-¡Tu mama tiene noventa! –Dijo y me pego en la cabeza-

-Esto es abuso, la demandare

-¿Ah sí? ¿Y que más harás niño bonito? –Dijo mientras continúo pegándome-

-La demanda será tan grande que perderá todo y su carrera está incluida –le dije pero ella seguía pegándome-, ¡detente¡

-¡No!

-¡Que te detengas¡

-Defiéndete

-Eres una mujer

-¿Y que tiene?, vamos niño bonito, defiéndete

-¡Vasta! –Dije deteniendo su mano antes que me pegara de nuevo y de la nada una sonrisa estaba en su rostro- ¿Le divierte hacerme enojar?

-No, alzaste tu brazo y no te dolió


Mire mi brazo alzado sosteniendo el suyo, tenía razón lo alce y no me dolió.


-Oh, es inteligente –le dije-

-Lo sé, la primera en mi clase señor Christian y tengo treinta y cinco años, no estoy vieja –dijo sonriendo mientras escribía en mi historial clínico-, mañana será nuestra última sección, espero y te comportes

-Yo siempre me comporto

-Si, claro

-¿Pasa algo? –Pregunto Audrey entrando al consultorio-

-Nada doctora, solo que creo que el paciente Christian debería ser pasado para pediatría

-¡Le regalaron el diploma! –le grite mientras la veía como salía del consultorio riéndose-

-No me hagas buscarte otra fisioterapeuta –me dijo Audrey sonriendo mientras veía mi historial clínico-


Le sonreí y ella de nuevo puso su mirada en los papeles, desde que le confesé que me estaba gustando todo ha sido algo raro entre nosotros, pero no raro mal, un raro normal y aun no sé si ese "raro normal" es posible, pero asi lo veo yo, pero ella aun no me dice nada con respecto al tema y cuando digo nada, es nada, me refiero a que ni siquiera me dijo si ella se sentía igual, ¿será que Nathalia era la única mujer que me podía tolerar?


-Ok, ahora te mandare tres sesiones con el psicólogo

-¿Psicólogo? –Pregunte- ¡mujer es que acaso nunca saldré de este hospital!

-Ya saliste de él, solo son citas médicas no seas dramático

-No necesito un psicólogo

-Te intentaste suicidar Christian, lo necesitas

-Tú tienes un diploma también en psicología, ¿pequeña genio por que no eres mi psicóloga?

-Primero no me digas pequeña, mido casi igual que tu –le sonreí-, segundo no puedo porque somos amigos y estamos relacionados

-¿Relacionados cómo?

-Somos amigos Christian, te lo acabo de decir -¿me acaba de mandar a la friendzone o son ideas mías?- por cierto, ya puedes regresar a la universidad

-No he dejado la universidad –ella me quedo mirando y yo sonreí-

-Cuando te pedí reposo era para que no hicieras nada

-Estoy bien, además la estoy continuando por internet, convencí al director –sonreí triunfante-, pero debo volver la semana que viene asi que tú me tienes que autorizar

-No lo hare

-¡Oh vamos!

-Tienes que descansar Christian –me miro amenazaste con sus hermosos ojos azules-

-No me mires asi

-Te intimido, ¿cierto? –Pregunto riendo, mire a otro lado tratando de no reír cuando veo que un hombre vestido del ejército de los estados unidos pasa por la ventana del consultorio-

-¿Estamos en guerra o algo? –Dije y ella volteo-

-Owen – el hombre volteo y sonrió al verla-

-¡Mi amor! –grito corriendo hacia ella mientras la metía en sus brazos y la besaba-

-Espera, ¿Qué?


Ok, eso no lo veía venir. 

Christian BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora