10.

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SERENA

No quería estar ahí.

Tenía miedo, mi corazón latía a mil por hora y sentía que en cualquier momento iba a salirse de mi pecho.

Sabía a que iba y que nadie saldría lastimado, pero los conocía, eran mis amigos, y estaba segura de que pelearían por sus ideales.

¿Por qué me obligaba a hacerlo? ¿Por qué no creía en mis palabras? Cada prueba que Orfeo me ponía, era una espina a mi corazón.

El museo estaba cerrado, el guardia de seguridad iba de aquí para allá, vigilando que no hubiese nada fuera de lo normal. Amy y yo íbamos vestidas de negro, los anillos en nuestros dedos tenían una magia idéntica a la que usaban mis amigos para que, aunque nos vieran y escucharan, no sabrían quienes éramos.

-Es hora princesa- se burló Amy.

Salimos de nuestro escondite, el guardia se alerto al vernos. Rápidamente llegue hasta a él. Esto me iba a doler mas a mi que a él.

-Lo siento- susurré antes de noquearlo.

-Rápido, antes de que esos idiotas lleguen...

-Hey, el único idiota aquí es él-, supe quien era, incluso con la magia protegiéndola, Nashira.

-¡Hey!- el caballero del fuego, es decir Damon, se hizo el ofendido.

-Ve por la espada- ordene a Amy, quien no dudo en hacerme caso.

-Tu arrogancia será tu fin- Meissa siempre tan elocuente.

-Vallanse, no deseo hacerles daño- casi suplique.

-No podemos, debemos lealtad a la princesa.- declaro Andrew.

Esto me dolía.

-Caballero del agua, guardianas, sigan a su compañera, yo y el caballero del fuego pelearemos- ¿Quién era él? Su voz...me era conocida, maldita magia.

Ellos hicieron caso a sus palabras, oh genial, un segundo líder pero ¿Por qué no lo conocía? Yo era la princesa.

-Pelemos limpiamente.- declaro aquel desconocido, lo mire a los ojos.

Su mirada me agradaba, tan decidida y a la vez pacífica.

-Si eso deseas.

Damon, vio a aquél chico con preocupación y nos dejo.

Fuera quien fuera, no me gustaba estar peleando con él, aunque era mas como esquivar los golpes del otro, como si ninguno de los dos quisiera pelear.

Empecé a oír gritos, seguramente era Amy peleando con Andrew y las chicas.

De la nada Amy apareció, parecía molesta y tenía un moretón en la mejilla.

-¡La maldita espada es falsa! ¡Una jodida replica!

El chico perdió el equilibrio al escucharla, aproveche para darle una patada y derribarlo.

Damon, nos dejo el camino libre, se oyó un sonido metálico y escape de ese lugar.

DRIES

No habíamos ganado, ni perdido nada. La espada era falsa.

Damon no había movido ni un dedo para ayudar, estaba ausente, en su propio mundo. No dije nada.

Algo se le había caído a esa chica ¿Por qué no la detuve? Algo dentro de mi me decía que lo hiciera...

Camine lentamente y lo vi.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora