8.

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DAMON

Hace dos días que no veía a Serena ni a Dries. Estaba preocupado, Orfeo quería saber cada paso que daba y estaba molesto por no saber nada de ella.

Amy estaba igual o peor que él, no me hablaba y solía ignorarme cada vez que la llamaba. La única persona que estaba cerca de mí era Nashira.

Ella presencio una de las tantas peleas con mi novia en esos dos días, el tercer día estaba lloviendo, y Nashira estaba sola caminando hacia la salida.

-¿Te llevo?- ella dio un gritito y me dio una mirada molesta- ¿Te asuste?- le pregunte.

-Hasta la pregunta ofende.

-Entonces ¿te llevo o no?- ella fingió pensarlo un momento.

-Si no es molestia- se encogió de hombros y me siguió al auto.

Su cabello estaba húmedo y olía a vainilla, se abrocho el cinturón de seguridad y la mire con atención.

El cabello rojo como el fuego, la piel blanca como la crema, ojos avellana brillante y unas pecas que la hacían ver bastante sexy. Sus labios finos y pequeños, rojos como una fresa, me empezaban a tentar.

-Da vuelta a la izquierda en la siguiente por favor- su voz era firme pero suave y femenina, no aguda como la de Amy.- No me gusta el silencio, hablame de algo.

-¿Cómo de que?- me burle.

-No sé... Hum ¿qué te gusta? ¿Cómo van las cosas con Amy? ¿Sabes algo de Serena y Dries?

-No voy a hablar de mi relación contigo- dije suavemente- Y sobre Dries y Serena no sé nada.

-Tengo un mal presentimiento- confeso- Siento que el enemigo se acerca.

-¿Por qué lo crees?- estaba nervioso ¿Sabía que estaba del lado de los "malos"?

No entendía porque los apoyaba, odiaba a Orfeo por tratar mal a Amy y por obligarla a hacer cosas que no quería, sé que había muchas cosas que aun no le decía a Orfeo, como la identidad del príncipe Endimión.

Me sentía como en guerra conmigo mismo, una parte de mi sabia que estaba mal, que probablemente querían matar a Dries, durante tres días torturaron a Serna para obligarla a amar a Orfeo...pero la otra parte los quería ayudar...

-La noche que se llevaron a Serena...sentí que fallaba en mi misión- suspiro con tristeza- Cada noche que peleábamos en busca de la piedra lunar... Ella nos protegía, cuando nosotras debíamos cuidarla. Me siento débil y quiero ser fuerte... Antes de conocerla nunca tuve amigos como ustedes...quiero protegerlos.

-Nashira...- paro el auto, y voltee a verla; pensé que estaba llorando en silencio, pero sus ojos brillaban con fortaleza, con convicción- Eres hermosa y fuerte, nunca dudes de eso.

Ella me observo con detenimiento ¿Dónde estaba la chica divertida y despreocupada? A la que le gustaba divertirse.

¿Por qué sus ojos me hipnotizaban? ¿Por que quería besarla? Pase años enamorado de Amy, bese muchas chicas pensando en como serían sus labios, fantanseando con su cuerpo junto al mío.

Y ahora que la tenía, no sentía nada. Como si aquellos años delirando por ella no significaran nada, sus labios no me llenaban y su cuerpo no me saciaba. No era el oasis de mi desierto.

Siempre me gusto que fuera tranquila, pero Nashira...era diferente.

Sabía divertirse, a veces rompía sus limites, como en la fiesta donde bebió de mas, pero cuando tomaba una decisión, era difícil de convencerla de dejarlo atrás. La había visto pelear y proteger a sus amigas, no era débil como ella pensaba porque hasta la mas delicada rosa tiene sus espinas.

-No debí aceptar esto- susurró, sus ojos me veían directamente y sin pestañear.

-¿Por qué?- apenas oí mi voz.

-Por que quiero besarte pero tienes a Amy- bajo la mirada y observo sus manos.

-Amy...no es como tú.

Cumpli su deseo culposo y disfrute de sus magníficos labios.

NASHIRA

Me había besado.

Aquel chico del que me había enamorado desde el momento en que lo vi, me beso.

La culpa y el deseo eran nuevas sensaciones que por primera vez, invadían mi ser.

Damon mordió mi labio y gemí, no quería que se separara de mi. Pase mis manos por su cuello y profundizamos nuestro beso. Sentí sus manos acariciando mi cabello, mis mejillas...

-Me gustan tus labios...- murmuro contra mi boca- Tan suaves, tan llenadores y magníficos.

-Damon- suspire- Besame- suplique.

-No tienes que pedirlo dos veces.

Volvió a besarme con desesperación y yo le correspondí, dejandome llevar por un mar de sensaciones maravillosas. Sentía una tormenta en mis labios y una paz infinita en mi corazón y mi alma.

¿Así era el amor?

¿Así era como se sentía?

Nos separamos al sentir la falta de aire, los cristales del auto estaban empañados, y la lluvia caía fuertemente sobre en techo de metal.

-Nashira...eres tan bella- cerré los ojos disfrutando de los dulces besos que repartía por mi rostro.- No merezco una estrella tan brillante como tú.

-Damon, te quiero- susurré- No me importaría ir al infierno con tal de estar a tu lado- confese con voz suave.

-No mereces el infierno, no como yo- se alejo de mi y yo tome su mano entre las mías.

-Piensa lo que quieras, te quiero a ti y sólo a ti, sin importar que.- bese su mano- Sé que tienes a Amy y esto que hicimos no puede volver a repetirse, JAMÁS- enfatice.

-Comprendo tú punto- una sonrisa burlona se dibujo en sus labios- Pero te juro que volveré a besarte.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora