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DRIES

Era hermosa cuando dormía, las largas pestañas negras rozaban sus mejillas y su respiración era lenta y suave.

La cargue hasta su habitación y la deje cuidadosamente sobre la cama, Serena balbuceo algo incoherente y luego sonrió, acaricie su mejilla, algo me atraía hacia ella, su aroma a rosas me tenía idiotizado y muy lentamente roce sus labios.

Me sentí en el paraíso.

Dormida me correspondió, como si soñara con ese momento, fue un beso inocente, como si fuera la primera vez para ambos…

Me aleje de ella, ¿Qué me estaba pasando? Apenas la conocía y ya la había besado, no era algo nuevo para mí pero algo me decía que Serena Moon era una chica diferente, en todo el sentido de la palabra, corrí a mi habitación y me encerré ahí.

Daba vueltas en círculos, repasando en mi mente una y otra vez lo ocurrido, sus exquisitos labios con los míos…Dios, no sabía si realmente fue el paraíso o el infierno, ¿Cómo dos cosas tan contradictorias podían ser una?

El timbre sonó y corrí a la puerta, al abrir vi a una chica pelirroja y una castaña.

-Hola ¿Esta Serena?, soy Nashira vamos al instituto juntos y ella es Meissa- señalo a la castaña.

-Pasen, ella está arriba.

Ambas asintieron, Meissa me dio una mirada llena de desconfianza y odio. No le di importancia, por cosas del destino Serena estaba en la sala, sonrió al ver a sus amigas y les dijo algo en voz baja y ambas asintieron.

-Ya todos saben- dijo Nashira divertida- Incluso Dries, no sé porque susurramos.

-Ahg Nash- exclamo Meissa- Al menos mantén las apariencias…

-Ay vamos, media cafetería comentaba lo de anoche, ¡tres lindas mujeres en minifalda y un hombre enmascarado evitaron un asesinato!

-NASH- grito Meissa, ella volteo a ver dónde me encontraba y me mato con la mirada.

-Si no quieren que las oiga, larguense- Murmuré molesto, ¿acaso pensaban que no las oía o que era idiota?

-Mejor hablemos en mi habitación- sugirió Serena.

Sus acompañantes asintieron y me dejaron solo en la sala, estaba aburrido y molesto por la extraña forma en que me trataron y tuve una fantástica idea.

¿Qué mejor que una fiesta?

Hacía mucho tiempo que no bebía ni me acostaba con nadie.

Llame a un par de amigos, quienes extendieron la invitación y a eso de las siete de la tarde, la casa estaba a reventar de gente, me importaba poco Serena y sus amigas. Era inmaduro y muy probablemente era algo que haría una chica, pero al diablo con todo.

Quería embriagarme hasta olvidar el nombre de Serena.

SERENA

En cuanto subimos decidimos transformarnos, teníamos que ver a Damon y Andrew.

-Por el poder de la luz lunar- dijimos las tres al mismo tiempo y nuestros cristales brillaron.

Una cálida luz nos lleno y de repente nuestras ropas desaparecieron, dejándonos en minifalda y leotardo.

Nashira llevaba un arco, su falda y leotardo eran de color verde con tonos azules, los colores de la Tierra. También poseía fuego el extraño poder de controlar el agua, cosa que en el futuro nos podía ser útil para nuestro propósito.

Meissa iba de color rojo y blanco, era una guerrera excepcional, ella controlaba el fuego y era muy buena con todas las armas, pero no usaba ninguna mas que sus puños.

Y luego estaba yo, mi "traje de combate" era totalmente plateado y no llevaba la peluca, podía acelerar la curación de una persona y de mi cristal salia una especie de luz que acababa con toda la oscuridad.

Sin embargo no le veía lo útil. Las tres llevábamos antifaces blancos.

Nos tomamos de las manos y nos concentramos en el cuarto de Damon y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos ahí.

-Chicas, bienvenidas- saludo el dueño del lugar, Andrew nos veía con miedo.

-¿Quienes son?- exigió saber Andrew, un cabello castaño le cayo sobre los ojos.

-Somos las guardianas de la Luna- dijo Meissa- Hace mucho había un reino en la luna, pero la guerra hizo que desapareciera, nuestra princesa pidió a las estrellas otra oportunidad de vivir y renacimos de ese deseo.

-¿Y quien es la princesa?- cuestiono con menos miedo.

-No sabemos- respondí, sabiendo que mentía.

Damon aplaudió y yo sonreí, él tenía algo que me relajaba.

-¿Porque me atacaron? ¿Porque Damon también esta involucrado?

-Porque la princesa se enamoró de un humano, él era un príncipe y ustedes sus leales caballeros- comento sarcásticamente Nashira- Pero no recordamos muchas cosas.

Suspire.

Esto era peligroso, podía sentirlo en los huesos. Aunque estaba más cerca de saber quien era.

Hice un collar para él, exactamente como el de Damon para su transformación.

-¿Le enseñas Damon?- pedí.

-Claro- dijo encogiéndose de hombros- Di conmigo "Por el poder de la Tierra"

Ambos lo dijeron al mismo tiempo y sus piedras brillaron en color negro y rojo, sus ropas se transformaron en un traje militar, el de Damon de color azul con rojo, que resaltaba su cabello rubio, y el de Andrew de color café, resaltando no sólo su cabello sino sus ojos miel.

-Miren esos músculos- exclamo Nashira.

Sus piedras brillaban en sus pechos.

-Debo volver con Dries o sospechará- susurré.

Aclaramos un par de cosas y nos despedimos, ya en la comodidad de mi habitación nos deshicimos de la transformación, las chicas y yo escuchamos mucho ruido y voces, cosa que nos extraño.

Al salir todo se aclaro, el olor a tabaco y alcohol me marearon, había parejas besándose y tocándose, algunas parecían necesitar una habitación.

Nashira se alegro al ver la fiesta e inmediatamente fue a beber y bailar, Meissa parecía tan incomoda como yo, rápidamente se despidió de mi y se fue como alma que se la lleva el diablo.

Entre el gentío, intente buscar a Dries. Parecía que invito a todo el instituto, y por mas que buscaba no lo encontraba, estaba a punto de darme por vencida cuando lo vi.

Estaba en el jardín, con los pantalones abajo y sobre una chica desconocida que no paraba de gemir su nombre.

Si antes pensaba que era un idiota, ahora lo creía más.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora