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DRIES

Mis amigos estaban frente a mi, Serena estaba en su habitación durmiendo, me preguntaba si soñaba conmigo.

Después de besarla, no volví a verla hasta que llego a casa, parecía exhausta, llevaba un disfraz de vampira, supongo que para evitar que la reconocieran, subió directamente a su cuarto y escuche como lloraba.

¿Cómo no me había dado cuenta? Realmente soy un estúpido, ¿Cuántas veces Serena me vio con una chica distinta? Esperaba que me perdonara, aunque sabia que seria difícil.

-¿Por qué no me dijeron antes?

¿A que te refieres?- susurro Andrew, note que ambos estaban nerviosos.

-Lo recuerdo todo, Serena...¿Contra quienes pelea?

-Humanos- respondió Damon y se encogió de hombros- Hay una energía extraña que los cambia, y ella los mata o los cura.

-¿Qué paso anoche? Llego llorando...

-Deberías preguntárselo a ella- Damon parecía molesto- ¿Desde cuando sabes que eres Endimión? Deberías decirle.

-Hacer eso sólo la haría preocuparse por mi, la conozco lo suficiente.- declaré.

-¿Qué harás?- dijo al fin Andrew.

-Pelearé, pero no le digan nada, esperare un momento adecuado.

Ambos asintieron, Damon se comportaba extrañó, o al menos eso me pareció, en la fiesta lo había visto con Amy. Quizá tenía resaca y yo estaba molestando.

Pero nunca lo vi comportarse así...

Escuchamos un pequeño grito y los tres corrimos a la cocina, Serena estaba en el suelo recogiendo los pedazos de un vaso, tenía ojeras bajo sus ojos y parecía distraída.

-Dejame ayudarte- la ayude a levantarse y Andrew la abrazo, susurrando algo a su oído.

Los celos me invadieron, termine de recoger los vidrios y los mire molesto.

-Lo siento...No me encuentro bien- murmuro suavemente.

-Te llevare a tu habitación.

Y antes de que se opusiera, la tome entre mis brazos y la cargue, me sorprendió que no dijera nada, la excuse pensando que pudo haber bebido algo en la fiesta.

En cuanto la deje en la cama cerro los ojos y cayo dormida.

Acaricie sus mejillas y me pareció que su rostro empezaba a enfriarse rápidamente.

La tape con una manta y la deje descansar.

Fue un fin de semana espantoso.

Serena había enfermado y no parecía mejorar en ningún momento. Había llamado a Amy, pero al parecer había salido de la ciudad a visitar a uno de sus familiares, no quedo mas opción que pedirle ayuda a Meissa.

Quien supo (por boca de Andrew) que yo era la reencarnación de Endimión. Ella se encargó de Serena y apenas me dejaba hacer algo por ella.

Serena murmuraba y gritaba cosas que no tenían sentido, a veces me llamaba y gritaba mi nombre temiendo que las llamas me consumieran.

Sus recuerdos la lastimaban.

La noche del domingo, Meissa me pidió vigilar los alrededores de la casa, tenía un mal presentimiento.

Llame a Damon, Andrew y Nashira para que ayudaran, los tres acudieron sin decir nada.

-Por el poder de la luz de la Luna- gritaron Nashira y Meissa al mismo tiempo, transformándose en las Guardianas de la Luna.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora